Vuelve esta noche la Champions y lo hace, entre otros, con un partido que me llama poderosamente la atención: el Liverpool - Inter. Soy atlético “a muerte”, de eso no hay duda alguna pero, fuera de España, siempre tuve especial simpatía tanto por los reds como por los neroazzuri.
El Inter vive ahora una época dorada en el campeonato italiano: tras el escándalo de la Juventus, lleva dos títulos consecutivos en el calcio (el primero, conseguido en los despachos) y va camino del tercero. De hecho, sólo ha perdido un partido en Italia entre la pasada Liga y lo que llevamos de ésta (1 de 61, que se dice pronto). Pero hasta entonces, se le “acusaba” de ser el eterno perdedor en Italia. De hecho, se decía que tenía una idiosincrasia muy similar a la del Atlético. Baste con destacar el hecho de que, hasta la Liga de hace un par de años, llevaba desde el año 1.989 sin conquistar el Scudetto cuando era, de lejos, el equipo que mayores inversiones hacía.
El caso del Liverpool tiene algunas diferencias pero también algunas similitudes. Los reds llevan desde 1.990 sin conquistar la Premier y sólo la llegada de Benítez les ha permitido con dos finales de Champions (y el título en 2.005) en tres años volver al primer plano de la actualidad futbolística europea.
Al choque llegan en situaciones muy diferentes en su campeonato doméstico. El Inter domina cómodamente el Scudetto, lo cual nunca se sabe si es bueno o si es malo. Cierto es que su ventaja le permite centrarse en la Champions (la gran obsesión de Moratti) pero no sé si su abrumador dominio en Italia les tiene con la tensión competitiva necesaria para un choque de estas características.
Por su parte, el Liverpool “malvive” en la Premier, peleando por alcanzar la cuarta plaza. Pero todos sabemos que la llegada de Benítez, excelente psicólogo y estratega, ha hecho de este Liverpool un equipo con una cara totalmente diferente en Europa que en su Liga.
En el plano deportivo, el pronóstico es, en consecuencia, complicado y no me atrevería a apostar por ninguno. Y en el plano sentimental, si este choque se hubiese disputado la pasada temporada, no hubiera sabido por quién decidirme. Este año, Fernando Torres decanta la balanza. Pero, gane quien gane, mi alegría nunca podrá ser completa.
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