
Matallanas, en su blog, publicó ayer un artículo hablando de las desaveniencias entre Gil y Cerezo, dando su versión de quién manda en el club realmente (algo conocido por todos), e informando de los actuales conflictos internos. Publicamos algunos párrafos.
En la mayoría de su texto estamos de acuerdo, por ejemplo en que el caos directivo se contagia a la plantilla, o como cuando dice que los medios no atacan a Gil y Cerezo como a otros presidentes, pero al final, Matallanas dice que la afición despierta después de varios lustros en la sumisión. ¿Quién despierta, Mata? Siempre ha habido un pequeño grupo despierto, Señales de Humo, pero nadie más. ¿A quién te refieres? A simple vista, la borregada sigue igual.
Ahí van los párrafos más interesantes:
"Hay desavenencias en el Consejo de Administración y Cerezo está ganando apoyos entre los consejeros para plantar cara a Miguel Angel Gil Marín, el consejero delegado rojiblanco, que hace y deshace a su antojo."
"Gil Marín ha estructurado el Atlético de Madrid como una sociedad anónima moderna, con departamentos con las funciones claramente delimitadas para cada área. Sobre el papel el organigrama y la estructura es de manual de Empresariales. Pero en la realidad ni los comités de dirección sirven para nada ni existen decisiones que no tengan el visto bueno del consejero delegado del Atlético de Madrid. Es cierto que Enrique Cerezo, como el resto de consejeros, es informado de los movimientos de los directores generales, pero el margen de maniobra y la potestad en la toma de decisiones está centralizada en una única persona: Miguel Angel Gil Marín, hecho que escama al presidente de la entidad, que hace su declaración de intenciones, pero nunca las ejecuta porque su cargo es meramente representativo, nunca ejecutivo."
"Según fuentes del club rojiblanco, Miguel Angel Gil es el accionista mayoritario del Club Atlético de Madrid Sociedad Anónima Deportiva, a gran distancia en número de acciones de Enrique Cerezo. Gil Marín compró las acciones del resto de sus hermanos y controla el club por completo. Cerezo se ha encargado de la apertura a la sociedad y de las relaciones institucionales, debilitadas tras la intervención judicial y las causas judiciales que juzgaron a Jesús Gil, antiguo dueño del club. Según fuentes del club, el actual presidente también ha avalado varios fichajes con su patrimonio."
"Gil Marín se siente cómodo en segundo plano, con Cerezo dando la cara ante los medios. Nunca se ha planteado asumir la presidencia. La bicefalia ha venido funcionando bien en cuanto a su relación, pero los distintos puntos de vista en el plano deportivo en los últimos meses está provocando que la cohabitación esté cerca de saltar por los aires. O Gil Marín cede a las peticiones de Cerezo, que cuenta con el apoyo de varios consejeros, o el presidente se puede mover y buscar incluso apoyo entre el resto de la familia Gil Marín (Miguel Ángel sólo cuenta con el apoyo de su hermano Oscar) para dar un volantazo en el accionariado del club. Tanto Gil Marín como Cerezo se encuentran cómodos por las escasas críticas que su desafortunada gestión ofrecen los medios de comunicación (muy diferente a las críticas que reciben, por ejemplo, Ramón Calderón, Joan Laporta o Juan Soler). Saben que siempre se apunta a los jugadores, a los entrenadores o a los directores deportivos que ellos han fichado. Pero están detectando un cambio de tendencia y están muy preocupados por la política de comunicación que se está llevando a cabo desde el club, que no es capaz de controlar una crisis de resultados cuando el equipo está clasificado para Champions y vivo en la UEFA. "
En la mayoría de su texto estamos de acuerdo, por ejemplo en que el caos directivo se contagia a la plantilla, o como cuando dice que los medios no atacan a Gil y Cerezo como a otros presidentes, pero al final, Matallanas dice que la afición despierta después de varios lustros en la sumisión. ¿Quién despierta, Mata? Siempre ha habido un pequeño grupo despierto, Señales de Humo, pero nadie más. ¿A quién te refieres? A simple vista, la borregada sigue igual.
Ahí van los párrafos más interesantes:

"Gil Marín ha estructurado el Atlético de Madrid como una sociedad anónima moderna, con departamentos con las funciones claramente delimitadas para cada área. Sobre el papel el organigrama y la estructura es de manual de Empresariales. Pero en la realidad ni los comités de dirección sirven para nada ni existen decisiones que no tengan el visto bueno del consejero delegado del Atlético de Madrid. Es cierto que Enrique Cerezo, como el resto de consejeros, es informado de los movimientos de los directores generales, pero el margen de maniobra y la potestad en la toma de decisiones está centralizada en una única persona: Miguel Angel Gil Marín, hecho que escama al presidente de la entidad, que hace su declaración de intenciones, pero nunca las ejecuta porque su cargo es meramente representativo, nunca ejecutivo."
"Según fuentes del club rojiblanco, Miguel Angel Gil es el accionista mayoritario del Club Atlético de Madrid Sociedad Anónima Deportiva, a gran distancia en número de acciones de Enrique Cerezo. Gil Marín compró las acciones del resto de sus hermanos y controla el club por completo. Cerezo se ha encargado de la apertura a la sociedad y de las relaciones institucionales, debilitadas tras la intervención judicial y las causas judiciales que juzgaron a Jesús Gil, antiguo dueño del club. Según fuentes del club, el actual presidente también ha avalado varios fichajes con su patrimonio."
"Gil Marín se siente cómodo en segundo plano, con Cerezo dando la cara ante los medios. Nunca se ha planteado asumir la presidencia. La bicefalia ha venido funcionando bien en cuanto a su relación, pero los distintos puntos de vista en el plano deportivo en los últimos meses está provocando que la cohabitación esté cerca de saltar por los aires. O Gil Marín cede a las peticiones de Cerezo, que cuenta con el apoyo de varios consejeros, o el presidente se puede mover y buscar incluso apoyo entre el resto de la familia Gil Marín (Miguel Ángel sólo cuenta con el apoyo de su hermano Oscar) para dar un volantazo en el accionariado del club. Tanto Gil Marín como Cerezo se encuentran cómodos por las escasas críticas que su desafortunada gestión ofrecen los medios de comunicación (muy diferente a las críticas que reciben, por ejemplo, Ramón Calderón, Joan Laporta o Juan Soler). Saben que siempre se apunta a los jugadores, a los entrenadores o a los directores deportivos que ellos han fichado. Pero están detectando un cambio de tendencia y están muy preocupados por la política de comunicación que se está llevando a cabo desde el club, que no es capaz de controlar una crisis de resultados cuando el equipo está clasificado para Champions y vivo en la UEFA. "
"La crisis en los despachos del Calderón repercute en la marcha del equipo. El Atlético está obligado a llegar lo más lejos posible en la UEFA y clasificarse para la Liga de Campeones en la Liga. Pero el nerviosismo se ha apoderado en la zona noble del Club Atlético de Madrid Sociedad Anónima Deportivo. El consejero delegado aún mantiene la calma. Pero el presidente no aguanta más y repite en su círculo íntimo que ya no se ríen más de él y que nadie juega más con su dinero. A todo esto, los atléticos acuden pacientes al Manzanares soñando que el Atleti ha vuelto a ser grande. Pero están dejando de ser sumisos y empiezan a despertarse de la anestesia en la que han estado sumisos los últimos cuatro lustros."
7 comentarios:
Se que no es el mejor día para hablar de esto, pero ¿por qué el público del Calderón pita a su equipo desde el minuto 5 de partido?, es algo que no he entendido nunca, comprendo la frustración de no volver donde se merece, pero creo que la gente que silba debería darse cuenta que lo único que hace es poner mas nervioso al equipo.
Cuando me empezó a gustar el Atleti, hará veinte años o así, iba menos gente al Calderón pero se estaba con el equipo en la buenas y en las malas, hoy por hoy sois una gran afición en las buenas, las grandes victorias o en los partidos grandes aunque se pierda (los últimos cinco minutos de la grada del Calderón en el derby de este año fueron excepcionales), y una afición muy dañina, sobre todo para el propio equipo, en las malas.
Es mi visión, espero no molestar a nadie, si es así ya tiene mis disculpas por anticipado.
Ojalá despertase de verdd. Ayer en el calderón nadie protestó. Y si protestas te encuentras con aquello de "A protestar, al Bernabeu". Esto solo es una muerte lenta ...
Ayer tuve un día de perros, volví a mi casa a las once de la noche, y después de hacer intentos de explicarle a mi hermano lo que son las subordinadas adjetivas, me acosté. No me enteré de lo que había pasado en la eliminatoria hasta esta mañana.
Sabía que con las bajas, iba a ser muy difícil remontar; aún así, tenía fe en que el pobre de Forlán se sacara alguna genialidad del bolsillo, o Maxi y Luis García resucitasen, y que todo se solucionase en la tanda de penaltis... En Señales de Humo, casi están lapidando a un muchacho por sugerir que la plantilla no es tan mala, sólo que Aguirre no le saca provecho; pero, siendo sinceros, a mí no me cuadra que un equipo que tiene delante a Luis García, Reyes, Forlán y Maxi sea incapaz de derrotar al Bolton. Bueno, parece ser que el Bolton salió a defender el gol de la ida como el tesoro más preciado del mundo, colocando a cuatro defensas y cinco centrocampistas defensivos; y el Atlético salió sin ideas ni recursos, pero sí con un miedo atroz... No se atrevían a hacer pases verticales entre líneas, apenas sí se arriesgaron con jugadas personales; se limitaban a colgar balones al área al tuntún... ¿Os acordáis de todo lo que discutimos sobre qué hacer cuando el rival te espera con el autobús...?
Quizás Luis tenga razón cuando sugiere que esos pitidos desmotivan y cargan de presión y miedo a los jugadores. Lo que pasa es que los aficionados están aburridos y asqueados... Nos quejamos de que los últimos partidos del Liverpool parecen un remake; pero es que las últimas temporadas del Atlético son una pesadilla dantesca que se repite un año tras otro... Todas las temporadas comienzan con ilusión por los nuevos fichajes, el nuevo entrenador, el nuevo sistema de juego; pero siempre se termina igual: Fútbol espantoso, sin ambición ni espíritu, resultados humillantes, y episodios vergonzosos... Repetir algo así todos los años, termina desquiciando. Como si todos los años tuviésemos que velar a un ser querido mientras agoniza durante un mes.
La gente duda si merece la pena animar, porque creen que los futbolistas se ríen de ellos, no muestran el menor esfuerzo y lucha para merecerse su apoyo; y porque creen que hacer eso sería dar una palmadita en la espalda a los directivos. ¿Cuántas veces hemos pasado todo el partido animando, para ver al final resultados como éste? Pero tampoco se atreven a silbar o gritar contra la directiva, porque tienen miedo de que eso pueda desestabilizar al equipo. El año pasado alguien planteó una manifestación en contra de la directiva antes del partido contra el Celta, pero la idea se abandonó por esa razón. Si a eso sumamos que llevan años de aburrimiento y desengaños, pues es lógico que se acostumbren y pierdan la ilusión. Ya no se va tanto a los partidos, ni se anima como antes.
También influye el que todavía no se ha encontrado un referente, un jugador que conecte con los aficionados, con el que poder sentirse identificado.
También hay mucha impaciencia, porque la gente sigue muy aferrada al recuerdo del doblete, al recuerdo de los años 60 y 70; los atléticos tienen un poco de "orgullo aristocrático" en ese sentido, apoyado en el pasado; y no pueden asumir que, de ser el tercer equipo de España, el que hablaba de tú a tú con el Madrid y el Barcelona, haya pasado a ser un equipo vulgar de mitad de la tabla, y el Pupas de la Liga; ese equipillo entrañable al que todos le tienen cariño por su patetismo, su mala suerte y su tendencia a hacer el ridículo. Es una humillación muy dura. Miran con despecho y rabia a los equipos que no tienen el mismo pasado, pero que ahora triunfan y van a Europa, como si fueran nuevos ricos. Y cuando les dicen que el Atleti tiene que rehacerse poco a poco para volver a ser un grande, muchos restallan gritando que eso va para los equipos pequeños, pero no para el Atleti. Es muy duro admitir que, con ese pasado, ya no es un grande.
Por cierto, desde que se marchó Torres, ¿no notáis que la prensa se atreve a criticar a Guindas y Calamidad? La Sexta, por ejemplo, habla de los "fracasos del Atleti de los Gil", ya no pone imágenes de Torres abatido mientras comenta el último ridículo. Es como si, antes, hubiera resultado más fácil y más comercial atacar a Torres.
Y bueno, Matallanas... Él comenzó la temporada criticando a la directiva, como a lo largo de todo el verano. Pero el equipo comenzó a jugar bien, a ganar con goleadas, y todas esas críticas desaparecieron; todo eran alabanzas a uno de los proyectos más ilusionantes de los últimos años, y comentarios sobre los nuevos defensas que se estaban buscando. Ahora que las cosas vuelven a ir mal, regresan las críticas a la manera de confeccionar la plantilla, entrenar el equipo y gestionar el club. No sé, me temo que uno de los problemas es este veletismo. Ni la plantilla es ahora una colección de morralla, terriblemente descompensada, ni la directiva era entonces una santa que sólo pensaba en diseñar proyectos ilusionantes y tapar agujeros.
Que todas las ganas de protesta y rebelión que provocó lo de Torres y el Calderón, pasaron a mejor vida en cuanto ganamos la vuelta de la Intertoto y el Kun emuló a Maradona ante la Voivodina.
Tapadillo, no entiendo muy bien la razón por la que pitar a la directiva puede ser, bajo la visión atlética, desestabilizar al club (supongo que tendrá algo que ver con los tiempos de Rubí Blanc), y pitar a los jugadores no es desestabilizar al equipo.
Creo que en este asunto tienen mas parte de culpa los encargados de la parte deportiva del club (mírense los fichajes del Atleti de los últimos 10 años), que los jugadores que con mejor o peor juego tienen al equipo cuarto, aunque bien es cierto que en una liga mas "barata" que otros años.
Sinceramente no creo que Cleber, Pernía o Eller tengan algo mas allá de lo que muestran, eso si es achacable a la dirección deportiva.
Ahora, yo creo que si tienes a Cleber la "obligación" de todo aficionado es estar con él a muerte, hacerle sentirse a gusto en el campo, y si el equipo juega rematadamente mal protestar al finalizar al partido, pero ¿qué sentido tiene pitar a Pablo y Perea en el minuto 4 de partido porque se pasan el balón entre ellos?. ¿Que beneficio va a sacar de eso el Atlético de Madrid? porque se supone que todos los que van al Calderón desean lo mejor del equipo. Al público le debería importar bien poco lo que cobran los jugadores, porque los billetes no juegan al fútbol, al fútbol juegan personas que sienten y padecen igual que el resto del campo, bueno a lo mejor un poco menos.
Un saludo.
Voy a intentar no cabrearme, y escribir lo justo.
Doy la razón a Luis en que la afición no se da cuenta que silbar a los jugadores al final perjudica al club. Los futbolistas, cuando les silban, se ponen nerviosos, algunos se esconden, cuando queda poco para terminar la temporada empiezan a buscar otros equipos, y al final, el que pierde es el Atleti, que es el que se queda en la miseria.
Hay que silbarles cuando no hay puntos en juego, normalmente al final de la temporada.
Donde hay que incidir, y lo dice Matallanas, es que el caos del club se contagia al césped. Y de ahí viene el problema del Atleti desde hace tiempo, desde que Jesús Gil dejó el club en manos de su hijo, un veterinario que no sabía de fútbol, que a su vez se rodeó de hijos de papá, hijos de empresarios amigos suyos, que no tenían ninguno ni puta idea de fútbol.
Ahí se resume todo. EL CLUB HA ESTADO DIRIGIDO POR GENTE QUE NO SABE DE FÚTBOL. Aunque ahora ya hayan aprendido algo, están desmoralizados, y con una deuda de 40.000 millones de pesetas que va a provocar el derrumbe del mítico Vicente Calderón.
La prensa, salvo excepciones (Mata se salva algo) son unos cobardes o estómagos agradecidos.
Y la afición no se ha rebelado contra los dirigentes porque no está organizada. Los únicos que lo están son dos grupos, uno SDH, criminalizado; y el otro está manipulado. Pero los que no están organizados también tienen culpa, porque se dejan arrastrar. Si los aficionados se hubieran dedicado a silbar al palco un día sí y otro también, hace tiempo que Giles y Cerezos habían vendido el club.
La afición, excepto SDH, tiene lo que se merece.
Luis, tienes razón en que es una contradicción como una catedral, pero es que muchos de los futboleros ... errr... son muy poco coherentes. Tendrías que ver con qué facilidad los que se sintieron defraudados por la marcha de Torres, empezaron a atacarle con los mismos argumentos que rechazaban apenas un mes antes; o con la que piden el traspaso de Maxi, al que exaltaban el año pasado por encima incluso del Niño. La facilidad con la que machacan a Luis García, dejándole como morralla vulgar (me temo que esto os va a doler a los scousers), cuando el año pasado todos echaban de menos la temporada en que jugó en el Atlético.
La gente se desahoga en los foros cargando contra los jugadores, y me temo que esto se ha convertido en una costumbre en la que encuentran algo de consuelo. Muchos van a los partidos sólo para criticar, para ver cuál va a ser la nueva pifia de Pablo, para machacar hasta al mismísimo Raúl García si le sacan una roja.
En los foros atléticos, todos critican a la directiva... Siempre hay un post criticándolos, sacando a la luz trapos sucios, quejándose de que la prensa los protege, proponiendo manifestaciones. Sin embargo, cuando toca movilizarse, pasa lo de siempre: no se ponen de acuerdo (¿protestamos antes del partido, para desestabilizar a los jugadores? ¿O lo hacemos el martes, cuando muchos estamos trabajando, y nadie nos hace caso?, etc), a muchos les entra pereza, si una idea no tiene éxito inmediato se termina abandonando (¿Qué ha pasado con lo de manifestarse todos los 26 de cada mes? ya solían reunirse cuatro gatos; pero en cuanto el equipo empezó a ganar partidos, fueron todavía menos, y terminaron olvidándose). Y claro, la mayor parte de los aficionados son gente que ya tiene problemas suficientes son su familia, su trabajo o sus estudios; y que siguen el fútbol para distraerse, pero no para complicarse aún más la vida.
Me acuerdo que, el año pasado, varios foreros de Colchonero comentaron que habían enviado emilios al Tirachinas, y otros medios; y que sólo Matallanas se dignó a contestarles. Les dijo que la prensa no podía atacar a la directiva mientras que no fueran los mismos aficionados los que empezaran a protestar, a crear noticia.
Y bueno, ahora no sé si tendré mucho tiempo, pero si pudiera desahogarme... causa impotencia ver cómo un equipo que podría dar mucho de sí, con todos sus desequilibrios y defectos, se ha convertido en el pelele de ayer... (se nota que están utilizando a Aguirre como parapeto que absorbe todas las críticas; pero es que buena parte del fracaso de este año, y del anterior, la tiene él...)
Y Cerezo no es un pobre ingenuo. Me acuerdo cuando el año pasado, en las entrevistas en la radio, cuando los periodistas empezaban a sacarle los colores con los fracasos del equipo, él contestaba siempre "Yo no soy el que falla los penaltis, ni los mano a mano". Me acuerdo cómo su amigo, Robertito Gómez, le defendía de las críticas apelando que "quizás la culpa la tengan los aficionados, que se creen todo el humo que se suelta sobre los fichajes", y que "Fernando Torres, si no fuera tan guapito, no jugaría ni en segunda B". Según Matallanas, en una Junta del Consejo de Administración, celebrada hace un año, Cerezo defendió la venta de Torres. Y cuando se negoció el traspaso, manipuló a los periodistas de su cámara para que atacasen a Fernando. Bueno, no sigo...
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