lunes, 28 de abril de 2008

El fútbol ajeno


Firma invitada: Carlos Fuentes*
Hace un par de años, cuando el Atleti fichó al Kun Agüero, los foros y blogs atléticos comenzaron a recibir visitas de aficionados argentinos. Sus nicks no dejaban dudas sobre sus filias futbolísticas: se llamaban Rojo y RojoKun, IndependienteGrande y KunRojo, KunCai y CaiKun y hasta AquíEstáElRojoOiga, así, dejando claro que venían al foro de un equipo pero que eran de otro, que no renunciaban a un ápice de su identidad aunque desde ese momento pasaran a interesarse por la suerte de otro club, de otro equipo, de otra hinchada. Llegaban en tropel los aficionados del Rojo a pesar de que el Atleti ha sido tradicionalmente afín a Racing, y lo hacían en su inmensa mayoría con complicidad y educación, algo que uno, como sabrán aquéllos que conozcan El Rojo y el Blanco, aprecia especialmente.

Se llenaron pues los foros y blogs de aficionados de Independiente, y esto ya lo he dicho pero lo repito. Uno, que además de amante de la educación es tonto perdido, se preguntaba qué hacía toda esta gente visitando en masa los blogs de un equipo que no debería importarles lo más mínimo y por el que no deberían sentir especial simpatía habida cuenta de las mencionadas filias con Racing y la victoria ante su propio equipo en la Intercontinental del 75, quizás el mayor logro internacional del Atleti. La razón claro está era el Kun Agüero, embrión de jugador histórico que dejó el Rojo y se vino para acá a hacernos la vida más alegre, los domingos más bonitos y el horizonte más despejado.

Cuando esto ocurrió el que suscribe sintió una mezcla de desconcierto y ternura difícil de explicar. En un primer momento pensó que toda esta gente tan fiel que seguía a un jugador hasta el otro lado del océano, aunque fuera virtualmente, no eran en el fondo más que unos buenos chavales deseosos de ver a su ídolo triunfar en un equipo grande en Europa, unos aficionados con ganas de saborear el triunfo pero obligados a hacerlo en unos colores ajenos. El aficionado de Independiente que haya leído hasta aquí habrá montado en cólera y habrá pensado, con razón, que efectivamente este tipo gashego que escribe estos ladrillos es tonto, que quién se cree que es, que quién se cree que somos, y que si le tuviera cerca se iba a enterar éste; y todo esto espero que lo diga y lo piense en Argentina porque si me pilla cerca seguro que me da un paraguazo y se acuerda de mi señora madre en directo y eso nunca es agradable. Y lo peor es que tendría razón, vaya si la tendría.

Una segunda vuelta a la primera idea le hace a uno pensar más allá: un momento, que esta gente es de Independiente, que no es un equipito de segunda división, que es un grande con una sala de trofeos llena de copas que para sí quisieran muchos de los equipos que presumen por las ligas europeas de historial y distinguido porte, el equipo de Bochini ni más ni menos. Aficionados de un equipo histórico que vienen a preguntar cómo está el chaval que acaba de abandonar su plantilla, uhm, este chico debe ser especial.

Uno, que nunca había tenido esa sensación hasta entonces, se fijaba en los mensajes de los recién llegados y veía que sabían de fútbol y de aficiones, que entendían lo que nos pasaba, que no eran simples fans quinceañeros en busca de nuevos politonos. Nos contaban maravillas de nuestro nuevo jugador, prometían tardes de gloria y goles de fábula, y lo hacían como si fueran parcialmente suyos, como si esos goles fueran a la vez del Atleti y de los aficionados que vieron echar los dientes a Agüero, como si su alegría fuera la nuestra aunque no tuvieran más motivo para ello que haber visto cómo ese chaval que les fascinaba ahora vestía nuestra camiseta. Eso era. Hablaban de un jugador suyo en nuestro equipo, no de un jugador nuestro que antes fue suyo. Qué cosas.


*


Un año más tarde el que suscribe, que como ya han comprobado es tonto perdido, se registraba en un par de foros del Liverpool FC. Veía además más compañeros de viaje dejando claro el origen: Torres9, Atleti, FT9 o NiñoTorres, TheKidTorres y AtletiSiempre, Forzatleti y SiempreTorres también aparecían por ahí, igual que un año antes aparecieron los hinchas de Rojo en los foros del Atleti. No eran nuevos seguidores del LFC, eran hinchas del Atleti pendientes de uno de los suyos. Qué cosas. Yo, que nunca pensé que llegaríamos a esto y aquí estamos, pendientes de otro equipo, de un equipo que debería ser rival y ahora es aliado. Qué cosas.

Y es que hasta entonces uno pensaba que nunca se vería en una situación así. De hecho aún no nos queda claro si uno sabía, o quizás creía, o incluso quería creer que nunca lo sentiría. ¿O sí? En el Atleti actual, en el club que dejó de ser un club para ser una empresa al servicio de sus irregulares propietarios todo era posible… pero uno, inocente e imbécil, pensaba que la directiva nunca se atrevería a vender el campo ni a Torres, que nunca se vería en la situación de los bravos aficionados del Rojo que entraban en casa ajena a hablar de su orgullo aún a riesgo de ser recibido como esos mormones que le arruinan a uno la siesta llamando al timbre para hablarle de las virtudes de una Biblia comentada. Pero pasó.

La salida de Torres del Atleti fue para muchos de nosotros mucho más que la venta de un jugador llamado a marcar una época. También fue muchas otras cosas bastante tristes con las que no voy yo a amargarle la lectura a los habitantes de un blog ajeno, aunque si les interesa pueden leer algo de lo que en su momento escribimos sobre el Niño. El caso es que se fue Torres y con él se fue la garra auténtica, las ganas de dar alegrías a una grada que sentía lo que él, se fue el único madrileño de la plantilla y el único canterano que ha pasado por todas las categorías del club en los últimos tiempos. Se fue una estrella y se fue un compañero, se fue un capitán demasiado tempranero y se fue la rabia por perder en casa. Se fue un jugador talentoso y generoso, la calidad y el sacrificio, el escudo de los mercenarios y el ídolo de la grada. Se fue Torres y aunque nos dolió le comprendimos y le deseamos lo mejor, entendimos su cara de póker cuando Cerezo le dio la camiseta del Atleti el día en que dejó de pertenecer al club y a partir de ese día muchos deseamos con todas nuestras fuerzas que le fuera bien. Y se fue y lo hizo al Liverpool y hasta en eso pensamos algunos que Torres fue respetuoso con la grada del Manzanares. Se fue a un equipo grande e histórico, el equipo de las mil tradiciones, de la chapa de This is Anfield, del himno que pone los pelos de punta. No se fue a un equipo millonario con reloj dorado de nuevo rico ni a un conjunto de estrellas con egos del tamaño del Calderón, sino al equipo en el que la afición cuenta más que los jugadores, en la que se exige infinito respeto al hincha y a la historia, el equipo en el que el capitán, como hizo él, es el que más corre y el que nunca se esconde.

Ahora, cuando las cosas van bien para Torres, cuando solamente pasa lo que es de justicia, la prensa dice Diego donde dijo digo y Torres, el que no sabía definir, el sobrevalorado, el niñato de Fuenlabrada es un fenómeno, un jugadorazo que ha explotado, un orgullo nacional. A Torres, al que empezaron comparando con Portillo, le comparan ahora con Van Basten, con la catedral de Burgos y con el jamón ibérico. Los mismos telediarios que menospreciaban el mérito del chaval y subrayaban sus defectos abren ahora los bloques de información deportiva con la imagen de un tipo con pecas metiendo goles de esos que contaremos a nuestros nietos. Poco queda de las continuas comparaciones con todo tipo de jugadores y trayectorias, poco queda ahora de esos chistecitos sobre las dificultades de Torres para meter un penalti o clavar por la escuadra un balón tras una galopada de setenta metros. Muchos tenemos la sensación de que con Torres se empieza a ser justo ahora que no anda por aquí, confirmando eso tan español y tan nuestro de no ser profeta en su tierra.

Por culpa de todas estas cosas y por Torres, naturalmente, ahora nos juntamos para ver los partidos de Champions en los bares de los aficionados del Liverpool. Para desgracia de estos últimos, que muestran una paciencia infinita, los del Atleti nos sentamos juntos y hablamos y hablamos del Niño y del Atleti, a voces, a destiempo, como si el partido no tuviera importancia mientras no le lleguen balones al nuestro. Criticamos cada pase fallido al Niño, protestamos cada falta y cada vez que no le dan el balón. Con la misma vehemencia disculpamos cada fallo de Torres, que si está el balón resbaladizo, hombre ya, que si el chaval está agotado, que no ha parado ni un minuto, hay que ver lo que pelea el tío. Cada fallo nos duele y con cada acierto nos sentimos aliviados y orgullosos; hablamos de cada regate como si no nos sorprendiera, como si supiéramos perfectamente de qué es capaz aunque consiga seguir asombrándonos, el jodío. Celebramos cada golazo lanzando al aire los puños cerrados, como hacíamos cuando marcaba vestido a rayas rojiblancas, y lo hacemos con más fuerza que cuando marca cualquier otro. Presumimos del chaval como presumen las abuelas de ese nieto notario que, además, habla inglés con gran soltura y corre medias maratones. Por culpa de Torres hemos pasado de ser rudos seguidores futboleros a ser insoportables madrazas pendientes de las proezas del Niño y lo peor de todo es que encima nos gusta. Nosotros, que íbamos para leyenda de la grada y aquí estamos, con cara de llevarle al chaval una tartera y una rebeca a los entrenamientos. Un poema, oiga.

*Carlos Fuentes tiene el blog 'El Rojo y el Blanco' y escribe artículos sobre Atlético de Madrid en www.eurosport.es
Es una de las firmas invitadas en TKT (www.thekidtorres.com) y uno de los periodistas más leídos en foros colchoneros por su ingenio, humor y sabiduría.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bueno.

Mario Ayuga dijo...

A mi me mira la gente por la gente cuando llevo la camiseta de Torres del Liverpool o una de Nike muy chula que sacaron hace un par de años de algodón (joer, que ayer me tuve que dar la vuelta por la calle, "mira ese con la camiseta de Torres 'ahora'", ¿¿¿ahora??? la madre que los parió... )

En fin, yo también siento esa extraña sensación, y me digo a veces a mi mismo, que que hago dando esos gritos cuando marca el Niño, pues que voy a hacer, celebrar un gol de los mios. :D

Para este año va a ser imposible, pero el año que viene me encantaría buscarme un viaje para ir a Anfield, tiene que ser increible. ¿Como se compran entradas? Me parece un lio tremendo por lo que veo en su web.

Anónimo dijo...

Si señor. Suscribo este superarticulo.

de tapadillo dijo...

Emoticono aplaudiendo, emoticono llorando, emoticono desternillándose de risa.

¡Genial, Carlitos Fuentes, genial! ¡Aquí tienen uds. al Nóbel, oiga!

Aquí en Jaén, todos los bares ponen los partidos del Liverpool cuando los emiten TVE o Antena 3... Y cada vez se ven más muchachos, y gente no tan joven, con la camiseta del Liverpools number 9 en las mesas; los atléticos más reivindicativos se pasean con la camiseta del Atleti del año pasado, la que traía el brazalete estampado... Mi padre no se pierde ningún partido de la Premier; y hasta queda con un compañero del trabajo, que es del Atleti, para tomarse unas copas viendo los del Liverpool en Champions¡El caso es que mi padre es del Real Madrid!

Bonito apunte el de la afinidad entre el Atleti y el Liverpool. Hasta el año pasado, todos reconocían una especie de hermandad entre los dos equipos; pero ahora, a muchos atléticos, les duele ver que Torres escucha el "You'll never walk alone" en lugar del "Atleeeeeeeti".

lover dijo...

Un artículo muy bueno. Como hincha del LFC desde el 76, me gustaría escribir unas líneas, que espero os sirvan de consuelo.

Los reds también hemos tenido que ver marcharse estrellas... Para mi fue duro ver a McManaman o a Owen yéndose al Real Madrid. En los 70 vendimos a Kevin Keegan al Hamburgo. Y en los 80, Ian Rush se fue un año a la Juve, pero regresó al siguiente diciendo "era como jugar en un equipo extranjero", puto crack.

Lo que más me gustó de estos años es que sin Keegan ganamos al Madrid la copa de Europa del 81.

Sin Rush ganábamos todo lo ganable (estábamos excluidos de Europa por Heysel). Sin McManaman jugamos igual o mejor, lo cuál no era mucho para nuestro desastroso juego en los 90. Y se fue Owen y no recuerdo si al año o a los dos años, ganamos la Copa de Europa.

Este es mi mensaje para el seguidor atlético: Este año sin Torres, vais cuartos, y espero y confío que ganéis la plaza de Champions. La vida sigue, las cosas cambian y lo único que no debe cambiar es el sentimiento: el que vosotros sentís por el Atlético y por Torres: y el que siento yo por el LFC y por Owen, Macca, Keegan y Rush.

Seamos fieles a los colores, y a los jugadores que los han sabido defender.

Y andemos con la cabeza alta durante la tormenta, confiando en que tras la tormenta venga algún rayo de sol!

Carlos dijo...

Mi enhorabuena al autor del artículo! Sencillamente genial!!

PD: Y de paso aprovecho para felicitar a Lover por su comentario, pero a éste (con cariño) ya me lo conozco y no me sorprende tanto ;-)

PD2: Yo aún no he asimilado la marcha de Owen. No tengo claro si quiero que vuelva o no... no te digo más :P

de tapadillo dijo...

¿Qué pasó con Owen? En los foros del Liverpool, veo que despierta los mismos sentimientos que Torres en los Atléticos... Muchos le consideran un traidor y un mercenario, alegrándose de sus lesiones y sus fracasos en el Newcastle; otros, recuerdan los tiempos en los que era el único que les daba alegrías... Su caso era muy parecido: era la estrella del Liverpool en una época difícil para el club, y se sentía quemado cargando con casi todo el peso del equipo... hasta se le reprochaba que era incapaz de marcar más de 20 goles por temporada... Días antes de marcharse, declaró que renovaría su contrato; pero poco después, anunció que se iba al Real Madrid para ganar títulos. También se rumorea que Benítez quería venderlo (pero también se dice que quiere traspasar a Gerrard...no sé hata qué punto son fiables los rumores). Tuve la impresión de que los scousers pudieron entender hasta cierto punto que el Liverpool se le hubiera quedado pequeño, y que necesitara salir para crecer. Lo que les cuesta perdonar, es que, cuando decidió regresar a Inglaterra al ver que en el Madrid nunca sería titular, prefiriera fichar por el Newcastle, rechazando una oferta del Liverpool.

Todavía algunos sueñan con que vuelva al Liverpool. ¿Cómo se entendería con Torres?

Lo de las estrellas, supongo que depende del caso. No conozco lo que pasó con Keegan, Mac Kanagan y compañía... pero Dios sabe que, si alguien merecía triunfar en el Atleti, era Torres. Lo daba todo por el equipo, en el campo y fuera de él... Es injusto que no pueda estar aquí para disfrutar los momentos de gloria europea, para levantar un trofeo, para sentir el entusiasmo de los aficionados. Es injusto que no pueda pasar a la historia del club.

PD. Lo de que el Atleti vaya a Champions este año, todavía no está nada claro...

Luis JFT96 dijo...

A ver, Tapadillo, es difícil comparar los dos casos. La gran diferencia entre Torres y Owen es que Fernando era el escudo del Atleti y Michael era hincha del Everton (al fin y al cabo su padre jugó en los toffees). Todos estábamos muy felices de tener a Owen en nuestra plantilla ya que además de ser un goleador magnífico (aunque todos los goles se parecían mucho, en esa época sólo teníamos dos jugadas, la de Owen al hueco y la de Heskey por arriba, la época de Houllier fue muy triste), era un jugador que ganaba partidos por si mismo, pero creo que nunca llegó a tener peso específico como "capitán" del equipo, como jugador bandera. La segunda diferencia es que Owen si que llegó a triunfar en el Liverpool, siendo balón de Oro, logrando el triplete de 2001 y algún que otro título (Copa de la Liga y supercopa de Europa)tras muchos años de sequía. Seguramente si Fernando hubiera logrado eso con el Atleti seguiría vistiendo la rojiblanca, esa es la diferencia.

Espero habértelo explicado bien.

Anónimo dijo...

Carlos Fuentes, gracias por escribir como escribes, gracias a ti cada semana puedo leer una buena crónica del partido del Atleti correspondiente.