El pequeño Alex y Torres

Tarde soleada en Liverpool. Mode, de 40 años y su hijo, el pequeño Alex de 8 años, dos hinchas 101% del Liverpool, acaban de salir de Anfield. Los reds han empatado frente al Tottenham. No ha sido buen partido, pero Mode y su hijo Alex salían del estadio comentando la jugada de Torres, al final del partido, en el último minuto, cuando remataba de cabeza en el segundo palo un balón que salvaba un punto in extremis contra los spurs. El equipo de Benítez estaba en horas bajas (a 6 puntos del líder, el Arsenal) y los hinchas no salían muy contentos, aunque, tras ver cómo había transcurrido el encuentro, el gol de Torres dejó más caras alegres que tristes. Mode y Alex se levantan al día siguiente para coger el primer vuelo a Madrid. Mode, un corpulento hincha británico, afincado en Madrid desde hace más de 10 años, suele llevar a su hijo Alex, nacido en España, varias veces al año a ver a su club del alma, al Liverpool en ese marco mágico que se llama Anfield. Era un lunes soleado en la ciudad del Mersey, y el taxi que transportaba a padre e hijo se paraba en la puerta de la terminal del aeropuerto John Lennon. En cinco minutos, Mode y Alex embarcaban su maleta (llena de merchandising del LFC) para partir rumbo a Villaviciosa de Odón, la localidad madrileña donde residen. Para volar, habían escogido una compañía de bajo coste, EasyJet. Cuando hacían cola para entrar al avión, Alex le dice a su padre: '¡Creo que acaba de entrar Fernando Torres, papá!'. Mode en un primer momento no se lo creyó. Pensó que su hijo tal vez viera a alguien parecido. El volar con EasyJet no ayudaba para que Mode se creyese la historia de su hijo, el cual creía tener en su mismo avión a su ídolo, uno de los mejores delanteros del mundo. Pero la cara de Alex, medio tembloroso, medio ilusionado, dejaba lugar a alguna posibilidad. 'Sí, papá, que le he visto. Viste con una gorra de baseball y un polo blanco y unos vaqueros D&G...'. 'Bueno, vale, ya veremos si es el que nos ha pasado” (con “priority boarding”, embarque prioridad de Easyjet). Al entrar al avión Alex se fija en la segunda fila, en un chaval alto, delgado, con ipod y auriculares puestos y con una gorra blanca atascada hasta las orejas, casi cubriendo la cara, en el asiento de la ventana, como queriendo pasar desapercibido. Pero para Mode y su hijo no puede pasar desapercibido a quien llevan viendo varios meses jugar como los dioses. ¡Era Fernando Torres! Alex se pone nervioso, y no dejaba de mirarle. Fernando se había colocado una fila delante de los dos hinchas del Liverpool. Cuando el avión se estabilizó, Torres se acurrucó para dormir (luego se enteraron de que Jaime Carragher había abierto un restaurante bar “Sports” la noche anterior en el centro de Liverpool y que Pepe Reina, Alvaro Arbeloa, Xabi Alonso y Fernando habían asistido al evento de inauguración hasta altas horas). Estaba cansadísimo, aunque seguro que en sus sueños había un lugar, un rinconcito para el gol de cabeza que acababa de marcar unas horas antes. Era el máximo goleador del Liverpool. ¡Quién se lo iba a decir! Era un 8 de octubre de 2.007, Fernando iba rumbo a Madrid para una concentración con la selección de Luis Aragonés en Las Rozas. El avión de EasyJet sobrevolaba Francia, cuando Alex ya le había pedido en varias ocasiones a su padre que despertara a Fernando Torres. '¿Cómo le voy a despertar, Alex? Estará cansadísimo...' - decía Mode ante la insistencia de Alex. '¡Por favor, papá!' -replicaba Alex. ¡Quién no se ablanda ante una de las mayores ilusiones de un hijo! Pero Mode esperó a que Fernando despertase. La estrella española estaba acurrucada junto a la ventanilla, con la persiana bajada, y cuando Fernando se movió, y levantó la persiana, Mode, con todo el respeto del mundo, se acercó a Fernando. 'Hola Fernando, perdón que te moleste. Éste es mi hijo Alex. Los dos vivimos en Madrid pero somos hinchas del Liverpool. Sólo queríamos saber si nos puedes firmar unos posters, por favor.' Torres estuvo muy amable con ellos, departiendo afablemente con Alex, y firmando todos los posters que llevaban padre e hijo. Como anécdota, señalar que Torres firmó el primer poster a Alex con una dedicatoria en inglés “Best wishes” -ponía. Entonces Alex, le dice: “¿Me puedes firmar también ésta?” Y Fernando dice “¡Ahhh, pero si eres español!”. Y le puso en esta segunda foto: “Con cariño…”. En un momento de la conversación, Mode le dice a Torres: “¿Podrías hacerte una foto con Alex, Fernando?” Y Torres le dice: “¿Aquí en el pasillo? Es que no quiero que se me vea mucho. Podíamos hacerla después. La verdad es que llevo mucha prisa, porque me está esperando el chófer de la FEF para llevarme a la concentración de España. Pero bueno, nada más bajar nos la hacemos” -contestó Torres. Pero ¡ay madre! Torres no había facturado maletas, y Mode y Alex sí, lo que suponía que tendrían que tomar caminos distintos. Mode se lo cuenta a Fernando, y le dicen que no pueden hacerse la foto porque tienen que ir a recoger la maleta, la cual contiene la cámara de fotos. Fernando miró a Alex, y le dijo: 'No os preocupéis, os espero'. Por fin el avión aterriza en Barajas, y Mode y su hijo, cual dos gacelas huyendo de Simba, el Rey León, se dirigen raudos y veloces a la zona de recogida de maletas. Mientras Alex, por orden de su padre, se ubica en la zona por donde aparecerían todas las maletas, Mode va a comprar una cámara de fotos de esas de usar y tirar. Tenían su cámara de fotos dentro de las maletas, pero no podían perder el tiempo en abrirlas. En menos de 5 minutos vuelve con su hijo. Pero las maletas no aparecían. Vamos, ni las de ellos, ni las de ningún ocupante del avión. 15 minutos de espera, y las maletas empiezan a salir. Mode se lo tuvo que decir a su hijo, con tristeza, pero con realismo. 'Alex, es muy difícil que Torres nos esté esperando. Ha pasado mucho tiempo, y además el chófer también tendría que esperar y Fernando tiene que estar con sus compañeros de selección'. La cara del pequeño Alex era un poema. No podía ser. Por una vez que se encuentra con su ídolo, algo que a pocos humanos les va a suceder, una maletas le van a quitar el sueño de tener una foto con su ídolo. Por fin aparece su maleta, y aunque Mode está convencido de que Torres ya no estaría donde les dijo, en la zona de coches de alquiler, avanzan hacia allí todo lo rápido que pueden. Ya se atisba a la lejanía la puerta de acceso al parking y los coches de alquiler, aunque aquellos 50 metros les parecieron los 40 kilómetros de la maratón de Nueva York. Alex seguía ilusionado, y su padre temeroso de un posible desencanto en su hijo. Alex fue el primero que accionó la célula fotoeléctrica, y entonces… ¡ven a Fernando hablando por teléfono móvil al lado de un Mercedes azul marino de la FEF!, ¡Fernando Torres les estaba esperando! Esa escena, esos ojos de Alex seguro que le merecieron la espera a Fernando. El pequeño red se hizo la foto con su ídolo en el parking del aeropuerto de Barajas. Padre e hijo le dieron las gracias a Torres varias veces, le desearon suerte con la selección (suerte que no le llegó a nuestro Fernando, ya que se lesionó por varias semanas en aquellos entrenamientos en Las Rozas) y la vuelta en taxi hacia su casa de Villaviciosa de Odón, fue mucho más agradable que cualquier otro viaje Anfield-Madrid. Pocos jugadores en el mundo aguantan 20 minutos esperando a un pequeño hincha para hacerse una foto con él. Esto habla de la formación cívica de Fernando Torres, de su calidad humana. Los astros, las estrellas son así. No son sólo enormes futbolistas, son grandes personas. Que sirva esto para callar las pocas bocas que quedan hablando mal de Fernando Torres, nuestro embajador español en Inglaterra. Un chaval que a todo español que ve, en la que ahora es su ciudad, le ofrece su ayuda. En un rinconcito del sur de Madrid, en el pueblo de Villaviciosa de Odón, hay ahora una habitación llena de posters del Liverpool firmados, donde hay un pequeño santuario con la foto de Alex y Fernando Torres dentro de un marco, clavada sobre una gran poster de Fernando vestido con camiseta negra del Liverpool y su dedicatoria en español para el pequeño Alex. Eso sí, la foto está algo borrosa, y Mode dice que es por la calidad de la cámara, de usar y tirar, pero la realidad es que esa foto salió movida porque la emoción de ver cómo su hijo lograba su sueño, tras 20 minutos interminables en la terminal, pudo con el bueno de Mode, y sus temblorosas manos fueron las que tuvieron que apretar el obturador. Mode: "A ver si me compro un delantal del Liverpool para cocinar los domingos" Nos enteramos de la historia de Alex en uno de nuestros encuentros con la peña madrileña del Liverpool. Hablábamos de que en algunos foros rojiblancos estaban contando que aficionados del Atlético habían ido a Liverpool, y Torres les había tratado mal, con una actitud muy antipática. Curiosamente hace unos meses recibíamos un email diciendo todo lo contrario, que Torres se encontró con un chaval que vive en Liverpool, y el delantero red le dijo que si podía ayudarle en algo que lo dijera. Fue entonces cuando Lover, un miembro del branch (peña) se acordó de la historia de Alex y Mode, y nos presentó a Mode. El corpulento padrazo, sin poner ni un pero, nos invitó a su casa para contarnos ese encuentro y presentarnos al pequeño Alex. Este domingo nos acercamos a su casa de Villaviciosa de Odón. Mode y Alex nos recibieron con indumentaria liverpudlian. Sofía, la hermana pequeña de Alex, nos miraba extrañados mientras hacíamos fotos a Mode y Alex. La madre de Alex, Debra, también nos observaba desde la ventana de la cocina. Después pasamos a la habitación santuario de Alex, que juega de delantero en el equipo de su colegio. Él es el único hincha del Liverpool de su colegio. Mode nos contó muchas anécdotas, todas con Alex de por medio. Nos contó cómo un día lluvioso, Alex y Mode esperaban a los jugadores del Liverpool para que les firmasen un autógrafo. Mode y su hijo esperaban detrás de una valla. Salió entonces Mark González, y tras llamar Mode al exjugador del Liverpool para que firmase una foto a su hijo, el jugador les hizo un gesto despectivo. Mode se aguantó los insultos por respeto a su vástago. Kuyt, que salía detrás, se percató de aquel feo gesto, y al salir Kuyt con su coche, pasó por delante de Alex y le dijo: 'Tú eres el mejor'. Mode tiene en su casa televisión por satélite, y es abonado de Liverpool T.V. Nos cuenta cómo cuando Mode viaja con el branch, Alex se queda solo en casa viendo al Liverpool. Su mujer es del Crystal Palace. Los dos seguidores reds, padre e hijo tienen un segundo equipo, el Atlético de Madrid, y nos enseñaron camisetas y bufandas del club colchonero. Mode nos enseñaba con envidia, en referencia al desastre organizativo del Atlético de Madrid, cómo el Real Madrid tiene su propia televisión, y además en inglés si uno desea. "Esto sí es un club organizado" -decía Mode al compararlo con el club rojiblanco. Con una cerveza como preámbulo de la despedida, como no podía ser de otra manera con un hincha del Liverpool, Sofía y Alex nos deleitaron cantando la canción de Fernando Torres. Entre abrazos nos despedimos de la familia Villajos. Mode, ese corpulento padrazo, con un corazón tan grande como él, nos decía adiós, mientras se enfundaba el delantal verdinegro que le había endosado su 'jefa' (su esposa) porque 'Hoy es domingo y me toca cocinar a mí. A ver si me compro un delantal del Liverpool...'