martes, 6 de mayo de 2008

Cibeles y las 'lecheras'


La historia de Cibeles y Neptuno


Por Red
El domingo pasado el Real Madrid conquistó otro título de liga. Ya van 31 trofeos nada menos. A las 3 de la mañana, la primera plantila fue a celebrar el título de Liga a la plaza de Cibeles ante miles de madridistas. Las nuevas generaciones, cuando oigan a los periodistas en días como el de ayer, frases como 'La diosa Cibeles, el lugar donde tradicionalmente celebran los títulos los seguidores madridistas...' , pensarán que esto ha sido así desde que se empezó a practicar el fútbol de forma profesional en España. ¿Acaso los jóvenes aficionados al fútbol han visto alguna foto de Cañoncito Pum Puskas aupando su enorme culo para subir a La Cibeles a cantar el ‘Polaco el que no bote...’? ¿Alguien tiene una foto del arisco Di Stefano la saeta rubia agarrado al cuello de los leones agitando al viento una bufanda blanca, tejida por su madre...?

Es lógica la ignorancia entre jóvenes aficionados al fútbol porque no tienen obligación de saber historia del fútbol. Vamos, ni siquiera tienen obligación de aprobar la mayoría de las asignaturas, ni de respetar a sus profesores... como para pedirles que sepan de la historia del fútbol español.

Los que sí deberían ser rigurosos y estar suficientemente documentados son los periodistas. Pero claro, si vemos el ejemplo que nos dio La2, en ‘Club de Fútbol’, cuando conectan con la Plaza de Cibeles, y una supuesta periodista llamada Marta Solano nos dice que “han empezado a llegar aficionados, ya están cantando, también acaban de llegar algunas lecheras...”, entendemos que la profesión periodística va de culo y cuesta abajo, que diría un castizo. ¡Vaya profesional tiene la televisión pública que utiliza el término ‘lecheras’ para referirse a las furgonetas de la policía! Hija mía, ya no está en Aravaca cuidando niños en casa de sus amigos los altos cargos de RTVE; ya logró entrar en el Ente público, y la jerga de la calle está para eso, para utilizarla en la calle.

A muchos periodistas les gusta coger la historia con alfileres, o seguir como borregos a los inventores de nuevos puestos en el terreno de juego como el de carrilero, o copian a esos que inventaron el palo corto y el palo largo... o repiten sin escrúpulos lo que ahora se ha puesto de moda, que es omitir el artículo: ‘Juega por banda derecha Arbeloa’. ¡Que no, que no!, que se debe decir ‘juega por LA banda derecha Arbeloa’ ¿acaso decís 'Juega en portería Pepe Reina...'? ¿Por qué copiáis lo que cualquier listillo vomita por su micrófono? ¿sois los que vais a entrenos en vez de a entrenamientos? ¿Ya no hay correctores en las redacciones para que tantas palabras aparezcan de cara al lector huérfanas de acentos?

La diosa Cibeles, fue ‘bautizada’ como la fuente donde los seguidores madridistas celebran sus títulos, a mediados de los años 90, hace ‘dos días’ como aquel que dice. Vamos a instruir a la Martita Solano y a algunos colegas más que les gusta hablar de tradiciones antiguas inexistentes.

A finales de los años 70, más o menos año 1976/77, tras conseguir el Atlético de Madrid el título de liga, los seguidores colchoneros, no más de un millar, espontáneamente, sin premeditación, se bañaron en las aguas de la Cibeles para festejar un título más de la ‘era Calderón’. Era cuando el Aleti ganaba títulos. Entonces empezaban a forjarse peñas organizadas de chavales que fueron el germen de lo que ahora conocemos por grupos ultras.


Desde entonces, Cibeles ha visto violado su territorio en algunas ocasiones. Algunos títulos de liga por parte de ambos equipos de la capital, y algunas pequeñas gestas de la Selección Española. Cibeles era invadida por no más de dos millares de hinchas en dichas ocasiones. La plaza de Cibeles era el lugar elegido para que algunos jóvenes celebrasen los títulos del R. Madrid, At. Madrid, Estudiantes o la Selección Española de Fútbol, siempre de manera natural y espontánea. Cibeles era el marco de todas las celebraciones.

Llegan mediados de los 80, temporada 1985/86, y Ramón Mendoza, Presidente del Real Madrid, forma un gran equipo con jugadores como Maceda, Gordillo o Hugo Sánchez entre otros. El fichaje del mexicano se hace de manera rocambolesca para que no vaya del Atlético de Madrid directamente al Real Madrid, pero ésa es otra historia. Ese equipazo logra ganar 5 ligas consecutivas. Tras la consecución de cada uno de aquellos títulos, un par de millares de aficionados madridistas, comandados entonces por el grupo de animación Ultra Sur, se bañaban en la céntrica plaza para celebrar las ligas conseguidas. Pero únicamente se bañaban los aficionados, los futbolistas ni aparecían por allí. Precisamente en 1985, antes del fichaje de Hugo Sánchez por el club de Concha Espina, el Atlético de Madrid gana la Copa del Rey al Athletic de Bilbao, con dos goles del mexicano en el Bernabéu. Tras el partido, unos 3.000 hinchas rojiblancos se bañan en Cibeles.

En 1990 el Real Madrid gana el último de los 5 títulos consecutivos. Unos 3.000 hinchas madridistas lo festejan bañándose en Cibeles.

En 1991 el Atlético de Madrid llega a la final de la Copa del Rey, tras 6 años sin ganar un título. El rival era el Mallorca y el club colchonero lo presidía Jesús Gil. Los jóvenes hinchas atléticos, en una decisión simpática y original, manifiestan públicamente a los medios que no tienen intención de ir a Cibeles si su equipo gana la Copa, ya que sus aguas ‘están infectadas después de que durante 5 años seguidos los madridistas hayan estado bañándose en ellas’. Los hinchas radicales rojiblancos deciden fijar su lugar de celebración para la final del 91 en la fuente de Neptuno, a pocos metros de Cibeles. La prensa se hace eco de esta decisión, y nace el ‘mito’ del también ‘tradicional’ marco de celebración de los atléticos.


Al año siguiente el Atlético vuelve a repetir título, ganando esta vez la Copa del Rey al Real Madrid en el mismo estadio, en el Santiago Bernabéu. Esta vez son casi 10.000 los hinchas los que se congregan, tras levantar Paolo Futre la Copa del Rey, en la fuente madrileña. Muchos no sólo se bañaron, algunos hasta bucearon en las sucias aguas de Neptuno.

La temporada 94/95 termina con el Real Madrid como campeón de liga, y unos 12.000 hinchas madridistas lo celebran en Cibeles.

El Atlético de Madrid gana su primer doblete en la temporada 1995/1996 bajo la batuta de Radomir Antic y con Jesús Gil como Presidente. 20 años nada menos llevaban los colchoneros sin ganar una liga. La alegría de los atléticos es tal que se desbordan todas las previsiones, y más de 40.000 personas abarrotan la plaza de Neptuno. Un cordón policial acordona la zona porque el club anuncia que se va a desplazar allí en autobús para festejar el título con sus aficionados. Es la primera vez que un club se acerca a celebrar junto a sus aficionados un título en el lugar donde suelen celebrarlo.


La temporada siguiente tiene como campeón de liga a otro equipo madrileño, en este caso al Real Madrid. Más de 50.000 aficionados madridistas esperan en una Cibeles acordonada a que llegue el autobús del equipo para celebrar el título junto a ellos.

¿Por qué se pasa en dos años de ir 12.000 madridistas a Cibeles a ir más de 50.000? ¿Tenían razón los radicales rojiblancos en que sus vecinos les copiaban todo? El caso es que esa temporada fue el final de estas celebraciones espontáneas. El aumento de público en estas celebraciones, gracias al bombo que los medios de comunicación le fueron dando, acabó con la magia que había en ellas a cambio de organización, artificialidad y asistencia masiva.


El domingo, en Telemadrid, Julen Lopetegui, ex portero del Real Madrid, comentaba como anécdota, que en 1990 ganaron la liga y los jugadores no fueron a Cibeles porque entonces no era costumbre. Ahora parece que es cita obligada. Es todo muy artificial. ‘¿Vas a ir a Cibeles’ –comentaban muchos madridistas la semana pasada.

En todos estos años, desde la temporada 96/97, hemos visto desde las más de 300.000 personas que se dieron cita para celebrar la séptima Copa de Europa del Real Madrid, a los daños producidos por algunos desalmados amparados en la muchedumbre en Neptuno y Cibeles, pasando por la negativa del Ayuntamiento de Madrid a que se suban a los monumentos de la Villa, con la consiguiente protesta del Raúl y Hierro a Florentino Pérez en plena cena del Asador Donostiarra, hasta la estupidez de montar una grúa para que Raúl colocara una bufanda en el cuello de la Diosa Cibeles.

Se ha perdido cualquier celebración natural, alegre, simpática y espontánea, y la marcha a Cibeles (a Neptuno por razones obvias no lo menciono) se ha convertido en cita obligada y artificial. Muchos periodistas dan a entender que son tradiciones casi centenarias, desconociendo la verdadera historia, y por ende, mantienen engañado al aficionado que cree estar obligado a pasar horas y horas restregando su sudor contra miles de colegas de equipo, para ver durante breves momentos a 100 metros de distancia a sus ídolos. Ya no hay equipos que no dispongan de ‘su fuente’ para celebrar títulos. El Atlético de Madrid, dirigido desde los años 90 por personas ajenas al mundo del fútbol, oyó que a los atléticos les llamaban ‘indios’, y sin enterarse de la connotación despectiva de tal etiqueta, llenaron el estadio Vicente Calderón de estatuas indias. Otro ejemplo de ignorancia. La misma 'sabiduría' futbolística que los dirigentes colchoneros tienen esos que hablan de tradiciones cuando mencionan las celebraciones en Neptuno y Cibeles. Si mezclamos la 'sapiencia' de unos y otros, la poca profesionalidad de algunos periodistas como la amiga Marta Solano que habla de ‘lecheras’, y la facilidad con la que el aficionado se deja arrastrar por tradiciones recién nacidas, obtenemos algo que sencillamente se podría llamar ‘tontería’. Sí, en España cada vez tenemos más ‘tontería’.

No quiero transmitir una moraleja errónea. No llamo tontos a los que van a Cibeles, Neptuno o como quiera que se llame la fuente de su pueblo, válgame Dios. Lo que quiero es que cuando uno vaya allí, que conozca la historia, que sepa cómo empezó todo, y que cuando le diga un periodista que la Cibeles es el monumento donde tradicionalmente los madridistas festejaron sus logros, que sepa que está oyendo a un ignorante en la materia, y que antes de que se dijeran estas tonterías, el aficionado lo celebraba dónde, cuándo y como le daba la gana. Para saber a dónde vamos hay que saber de dónde venimos.

5 comentarios:

juan dijo...

Buenísimo Red. Gracias por la aclaración. La verdad es que no tenía ni idea. Recuerdo a cuatro locos en la Cibeles el día del 5-1 a Dinamarca pero no me habia dado cuenta de que antes de que se montasen estos saraos, todo el mundo iba a Cibeles o a donde le diese la gana. Nosotros muchas veces hemos pensado en ir a alguna fuente de Madrid a celebrar los títulos del Liverpool y Cibeles tenía muchas papeletas para ser la elegida.

Un día nos cuentas lo de los indios.

Anónimo dijo...

Si señor, ni idea del asunto, es cierto que te lo venden como si toda la vida hubiera sido así, y también es cierto que es del todo artificial.

Otra joya periodística, "Torres no será de la partida", ¿qué carajo es de la partida?, porque copian el italiano "partita" para darle otro significado,y de paso inventarse una frase sin sentido.

Topper dijo...

Enorme artículo. Conocía de oidas la historia, pero hay detalles que no y es un lujo leerlos. Lo copio para mi blog.

Gracias!

de tapadillo dijo...

Señor profesor Red... confieso que alguna que otra vez me he comido un artículo, y he visto el segundo palo un poco más largo que el primero... (emoticono vergonzoso). Lo de carrilero, creo que lo han copiado algunos comentaristas de los argentinos, que utilizan nombres distintos a los nuestros para referirse a los jugadores (por ejemplo, los argentinos de los foros atléticos hablan todo el rato de los volantes, que supongo que serán los centrocampistas...)

Así nacen las tradiciones. La Cibeles es la "patrona" del madridismo desde hace cuatro días; pero dentro de dos siglos, si la costumbre aguanta, parecerá tan antigua y respetable como la de sacar pasos en Semana Santa (que también está muy reglamentada por elpoder público). Y hasta la tradición más ancestral fue algo novedoso en sus primeros tiempos. Como cantar el "You'll never walk alone" como himno del Liverpool, o la placa de "This is Anfield" a la salida de los vestuarios. Lo de tomarse 12 uvas en nochevieja, es un ejemplo de costumbre "joven" y un poco artificial, que ahora parece inamovible: apareció a finales del siglo XIX, y para dar salida a los excedentes de uvas que se producían en España (por eso, sólo las tomamos aquí).

Y es el pueblo el que refrenda estas prácticas convirtiéndolas en tradiciones. Sé que ahora los medios de comunicación tienen mucho poder, para influir en la opinión y hasta en la memoria de la gente; pero todos esos madridistas no irían a la Cibeles si la costumbre no les resultara simpática. A todos les gusta tener un motivo de celebración, y festejarlo con la euforia que transmiten las multitudes. Hasta el mismo Torres tiene asumido que Neptuno es una de las señas de identidad del Atleti... dijo muchas veces lo deseoso que estaba de celebrar un título en Neptuno, junto a la afición, delante de la estatua. Y hay muchos atléticos que están deseando como locos volver a la fuente, por motivos evidentes.

Lo de los indios y los vikingos, hay unos rumores muy conocidos por los foros. Según la leyenda, hubo un tiempo en que, en el Real Madrid, había muchos jugadores nórdicos, rubitos y altos; y los atléticos no tardaron en picar a sus eternos rivales, llamándoles vikingos. Los madridistas respondieron pronto, aprovechando que la mayoría de los jugadores del Atleti eran sudamericanos; y desde entonces, nos hemos quedado con lo de indios. Ahora, los atléticos se sienten cómodos con el apodo. Cochise, por ejemplo, de Señales de Humo, es un artista del Photoshop, que representa a la afición del Atleti como un indio de penacho rojiblanco, y el escudo pintado en el pecho... Lo del indio da mucho juego: que si acampamos al lado de un río, que si somos rebeldes e independientes del poder establecido, víctimas de injusticias; que si la tierra de nuestra casa no se puede vender (me temo que ni aún el apego de los indios a su suelo va a salvar al Calderón...) Eso sí: la directiva no mostró muchas luces...

Red Howard dijo...

Hay que conocer la historia, y poder decir que la Cibeles no ha sido SIEMPRE el lugar de celebración sólo de madridistas, y que si ahora lo es, es porque los atléticos lo han querido.

Segundo, lo de los vikingos no viene por ahí jejeje, viene de que algunos jugadores del Real Madrid tenían unas esposas, supuestamente un poco zorronas, como la mujer de Pirri, Sonia Bruno:
http://www.eselx.com/esfera/sisNews/maxi/News160884.jpg

pero esto es de mal gusto publicarlo ...