
Una leyenda urbana que ha dejado correr el seleccionador le señala como culpable de la derrota de España ante Francia en el último Mundial. Al menos, del gol decisivo. “Yo le dije a uno: usted lo que tiene que hacer es aprender tres palabras en francés; y en las faltas se acerca a Vieira y le distrae”. Llegada la hora, Francia se adelantó (2-1) con un cabezazo de Vieira en una falta. Fernando Torres, el encargado de la vigilancia, se lo comió. Al pasar junto al banquillo, Luis le encaró con ganas de retorcerle el cuello: “¡Pero no se lo había dicho! ¿Qué ha pasado?”. “Míster, Vieira aprendió antes el español”.
Una estadística, en cambio, bendice la presencia del Niño en el equipo nacional. En una fase de juego gris con el Atlético, Luis decidió dejarle fuera de la convocatoria. “Para que aprenda”, fue la versión que deslizó entre sus confidentes. 15 de noviembre de 2006. España jugaba un amistoso en Tenerife contra Rumanía y perdió (0-1). Han pasado casi dos años. Fue la última derrota de esta selección. Luis no ha vuelto a dejar fuera a Torres salvo causa de fuerza mayor.
Debut ante Italia
La relación de Torres con la selección comenzó hace ya cinco años en Portugal y contra Rusia alcanza sus bodas de oro. El Niño cumple ante Rusia su partido número 50. Y eso que en su debut, con Iñaki Sáez, al que ya tuvo como maestro en las categorías inferiores, a Torres le dieron ganas de marcharse. Tenía 19 años y Couto y compañía le cosieron a patadas. “Ya se lo avisé”, comentó Raúl. “Iba a ser un debut muy difícil ante unos defensas muy duros que iban a darle”, añadió, “pero es el camino que tiene que seguir: Torres es el futuro del fútbol español”.
No fue una invitación al optimismo su segundo intento, cuatro días después. España jugaba la clasificación para la Eurocopa ante Ucrania. Penalti. El Niño, que se anima y lo tira. Y lo falla. La crítica se ceba con el error. Al día siguiente, en el entrenamiento de su equipo, Gregorio Manzano, su entrenador, hizo por fotografiarse junto a Torres mientras le enseñaba a no fallar más tiros. El carácter de Torres se hizo roca tras esa máxima pena.
Ocho meses más tarde, El Niño vio puerta por primera vez con la roja puesta. Un amistoso en Italia. 1-1. “No hay mejor sitio que Italia para estrenarse con un gol”, comentó entonces al tiempo que agradecía la asistencia de un fenómeno: “Necesito jugadores como Valerón que saben poner el balón arriba bien”.
Su trayecto con Sáez fue contradictorio. Fijo en las listas, pero no tanto en las alineaciones. El técnico le veía grandes virtudes, pero también defectos: el control de balón, su forma de perfilarse y definir... Llegó la Eurocopa y Sáez no apostó por Torres de inicio hasta el último encuentro, ante Portugal. Al Niño no se le vio. España cayó eliminada y el entrenador, destituido.
Con Luis Aragonés, al principio, Fernando Torres se tomó mal ser siempre el primer cambio, cualquiera que fuera el resultado. Lo comentó en alto y Luis le desafió. Le mantuvo en Bélgica (octubre de 2005), en un partido que se enredaba, decisivo para la clasificación del Mundial. Torres cumplió. Se asoció con Reyes, marcó dos goles (uno pasará a la posteridad como el gol de Matrix) y metió a España en el desempate.
Desde entonces es indiscutible. Se consagró en el Mundial (pese a Vieira) y, salvo por lesión, ya no se ha caído del once. Contra Rusia se estrena en la Eurocopa con el cartel de futbolista más mediático de cuantos participan. Añorado en el Atlético. Héroe en el Liverpool. Esperanza en la selección. Desde hoy ya son 50 partidos.
2 comentarios:
Miguélez en su línea. Pequeños palitos disimulados.
Enhorabuena Fernando. 50 :)
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