La Playa de Estorde, donde el jugador pasó las vacaciones en su infancia, lo recuerda con especial cariño en este vídeo de TVG
Noticia de F9T
El terremoto provocado por el gol de Fernando Torres a Lehmann que sentenció la Eurocopa se ha dejado sentir en todo el mundo y las sacudidas han servido para sacar a la luz sus raíces gallegas. En la playa de Estorde, situada en la localidad de Cee (A Coruña), el hoy Campeón de Europa disfrutó de las vacaciones estivales a partir de los ocho años. Ahora la televisión autonómica gallega (TVG) ha visitado ese lugar para comprobar la dimensión de la huella que Torres dejó en sus vecinos.
Informa Tapadillo
Uno de los mejores artículos que se han escrito sobre Torres, lo escribió Ramón Marcote, un amigo de la infancia y ahora preparador físico de la cantera del Atleti, por la época del Mundial de Alemania. Lo colgó Matallanas en su blog. Hablaba precisamente de los partidillos de fútbol en esa playa:
Fernando Torres vuelve a jugar el 'Mundialito' de la Playa de Estorde
Por Ramón Marcote en el blog de Matallanas en 2006
Le veo correr, le veo luchar, le veo talento, cada vez le veo más talento, le veo ilusión, le veo derrochar pasión, le veo dejarse el alma y el corazón, y sin duda, le veo querer se campeón.Y todo eso no es fruto de la casualidad. Eso se lleva dentro, con eso se nace y con eso llegará tan lejos como él quiera llegar.

Todo esto me hace recordar a aquel niño que conocí hace 11 años ya.Era un día cualquiera de una tarde de verano en la Playa de Estorde (en Cee mi pueblo, en la provincia de la Coruña), donde Fernando y su familia suelen pasar las vacaciones, cuando mi hermano pequeño se acerca con su nuevo amiguete, se llamaba Fernando; era bajito, delgado, espigado, rubio pecoso y tremendamente tímido, pero eso si, con una mirada decidida y que denotaba una gran seguridad en si mismo; mi hermano, insistente como ninguno, defendía a capa y espada que este niño era un fenómeno jugando al fútbol porque había fichado por el Atlético de Madrid y me repetía una y otra vez que tenia que dejarle jugar con nosotros en los partidos que organizamos en la playa.
Así lo hicimos. En uno de los muchos partidos de fútbol que solemos disputar en la arena de la playa le pude ver jugar por primera vez. En una hora de partido no le escuche ni una sola palabra, su timidez se lo impedía, pero sin duda pude ver a un niño con corazón de campeón.

Ese espíritu de sacrificio unido a un extraordinario dominio técnico y a su capacidad de interpretación del juego para un niño de su edad nos sorprendió a todos.A partir de ese día comenzó a participar en todas las pachangas que se organizaban, ya no tenía que pedir permiso para poder jugar, nosotros le buscábamos para que jugase. Nos había conquistado en un solo partido.Cuando caía la tarde, a eso de las 8 de la noche, la pandilla solíamos organizar un pequeño torneo en la arena seca, lo llamábamos “el Mundialito”. Lo organizábamos tarde porque a esta hora ya no quedaba mucha gente en la arena de playa…y bueno, un poco de cortesía siempre esta bien.Este torneo consistía en un todos contra todos con un solo portero. Los jugadores que conseguían marcar un gol salían de partido y descansaban hasta que tan solo quedaba uno que era el eliminado y así sucesivamente hasta se eliminaban todos los jugadores excepto dos. Estos dos disputaban lo que llamábamos la gran final.

Esta gran final la ganaba el primero que lograra tres goles. Como se puede entender este juego era un “rompe piernas”, donde la resistencia y la fuerza solían ser los verdaderos jueces del mundialito mucho más que el propio fútbol.
A pesar de ser tan solo un niño de 11 años, Fernando era de los que solía jugar las finales.Al cabo de los años los finalistas seguíamos siendo casi siempre los mismos, pero si los primeros años, cuando Fernando contaba con 11, 12 o 13 años nos resultaba relativamente sencillo vencerle, cuando ya contaba con 13, 14 y 15 años era Fernando quien contaba sus finales de 'mundialito' por victorias.A medida que se iba haciendo mayor y más fuerte decidimos llevarlo con nosotros a los torneos de verano de fútbol playa que se celebran en pueblos de la Costa de la Muerte. Fueron varios los torneos que disputamos juntos, y hubieran sido más si la profesionalidad no hubiera llamado a su puerta. Nuestro equipo era un equipo de amigos rebosante de ilusión y ganas de disfrutar del verano con el deporte que más nos apasiona, el fútbol. Nunca conseguimos ganar ningún torneo juntos, pero puedo decir que nunca he disfrutado tanto como compartiendo campo con Fernando Torres.

La pasión, el coraje, el pundonor y el amor propio con el que disputaba cada minuto, son dignos de elogio y motivo para sentirme orgulloso, ahora cuando es uno de los futbolistas más importantes de Europa y sobre todo cuando tan solo era un niño.
Recuerdo los mundialitos, los torneos de penaltis, los partidos en arena mojada, los campeonatos de FUT 7 en arena de playa, los torneos de voley playa, las torneos de baloncesto, pero sobre todo recuerdo las risas, las conversaciones, los abrazos, las bromas, los juegos. Recuerdo su timidez, su espontaneidad, su amabilidad, su disponibilidad, su saber estar, su humildad...Y lo que más me enorgullece, es que hoy 11 años después, ese niño que un día conocí en la playa, sigue siendo igual. Y ésta es sin duda es su mayor virtud.Ha conseguido crecer tanto que todas sus virtudes personales y futbolísticas han conseguido confluir hasta convertirle en una persona y en un futbolista extraordinarios.
“La forja de un campeón, un futbolista que empezó a ser campeón cuando era niño y un niño que siempre tuvo alma de futbolista y corazón de campeón”.Su predisposición, su derroche físico y sus manifestaciones creativas cada vez más frecuentes en el juego, intrincadas en un funcionamiento colectivo cada vez más definido de nuestra selección están consiguiendo hacernos vibrar como nunca con “la roja”. ¡Gracias España, gracias Fernando!Me emociono al hablar tan libremente del pichichi del mundial, pero es que yo le conocí con 11 años y le vi crecer jugando al fútbol en arena, por lo que para mi sigue siendo “un niño”.
Un niño que ¿por qué no?, y aunque parezca un poco osado permítanme esa licencia, tal vez haya forjado en la arena de La Playa de Estorde gran parte de sus virtudes futbolísticas y personales.
Donde El Niño es O Nene
Entrevista realizada por.-Miguel Pardo. (Diario El Progreso)
El pasado 29 de junio, más de 50.000 personas vibraron en el Ernest Happel de Viena. Fernando Torres, corrió detrás de Lahm, lo superó y levantó el balón sobre Lehman para darle a España el titulo de Europa, 44 años después. Millones de personas saltaron de jubilo en todo el mundo. A más de 2.500 kilómetros, en un pequeño rincón del ayuntamiento de Boqueixón, una familia celebró por todo lo alto la consagración de su Fernandiño.
En Xiadas, en la parroquia de Gastrar, Claudio y María disfrutaron con el título conseguido por su "nieteciño". "Uno de los quince que tenemos", destaca el abuelo del nuevo ídolo de España. La fiesta fue comedida, pero el teléfono no dio tregua desde que el árbitro pitó el final del partido. "Aquí, a la casa, no vinieron muchos vecinos; pero llamar, debió de llamar toda la parroquia", recuerda Claudio, que lamenta que sus problemas de vista le impidieran ver el famoso gol. "La verdad es que el fútbol, nunca me llevó la idea; pero claro, yo soy del equipo en el que juegue Fernando", dice.
Por supuesto, también del Atlético de Madrid, cuya camiseta con el número 9 a la espalda y el nombre de Torres guardan los abuelos. Un regalo del delantero del Liverpool, que, a pesar de la distancia, no perdió nunca el contacto con su familia. Pepe "el padre" del Niño, marchó a Fuenlabrada hace muchos años, y alli nació Fernando. La familia Torres no dejó de venir nunca a Galicia y a Gastrar, aunque las visitas del nieto más jovén se hacen cada vez más dificiles. "Antes venía y echaba ocho o quince días por aquí, ahora viene una o dos veces al año y echa sólo unas horas", aclara Maruja ante la atenta mirada de Claudio. "Siempre me viene a ver por Navidad o por mi cumpleaños, que es dos días después."
En las últimas fiestas no faltó a su cita, a pesar de que la Premier no se detiene en diciembre. "Él va y viene y no se entera nadie, porque igual si lo saben ahora los chavales...", destaca Lucía, tía de Fernando. "Él no cambió nada. Cuando pasaba tiempo aquí, era un niño como todos; e incluso ahora, cuando esta aquí es uno más, pero desde que es tan famoso es normal que la gente se fije en él. Es más el cambio para los demás que para él, que está acostumbrado desde muy niño. Desde muy joven jugaba en el Atlético y ya está acostumbrado", destaca su tía. Su abuelo recuerda sus primeras patadas a un balón. "Fué allí, donde aquella maceira", señala. Comenzó a jugar con su tío Bruno. Destacaba ya, claro, como cuando le dieron títulos en la selección sub 16 y sub 17, o cuando debutó con el Atlético siendo un niño. En Castrar -una parroquia de poco más de cien habitantes-, esperan a su veraneante más famoso.
Aparte de su vinculación familiar, son muchos los detalles que unen a su padre y a Torres, con la tierra Gallega. Vuelven siempre que pueden. Desde niño pasa los veranos en Cee, en la playa del Estordo, donde muchos aún recuerdan las cualidades futbolísticas que desde pequeño demostraba. De hecho, muchos dicen que su potencia le viene de las muchas horas que pasaba jugando en los arenales de la Costa da Morte. Fue allí done conoció a su chica-Olalla-, natural de Santiago. Torres continúa colaborando con todo lo que le piden desde diferentes clubes de Galicia, a los que cede camisetas para que recauden dinero. Ahora, y 44 años después, un gol suyo desplazó el imaginario de la afición española a otro paisano, Marcelino, que le había dado la primera Eurocopa a la selección en 1964. Tuvo que ser otro gallego, Torres, el que acabara con la maldición.
4 comentarios:
Uno de los mejores artículos que se han escrito sobre Torres, lo escribió Ramón Marcote, un amigo de la infancia y ahora preparador físico de la cantera del Atleti, por la época del Mundial de Alemania. Lo colgó Matallanas en su blog. Hablaba precisamente de los partidillos de fútbol en esa playa...
http://mata-dor.blogspot.com/2006/06/fernando-torres-vuelve-jugar-el_21.html
Un artículo precioso, qué pequeño se ve fernando entre los demás pero ahí ya estaba su corazón de ganador.
En Señales de Humo alguien ha colgado un artículo sacado de un periódico impreso gallego, del 14 de Julio, que habla de la familia y de la infancia de Fernandiño en Galicia. No lo cuelgo en una entrada aparte, porque creo que iría mejor en aquella entrada del vídeo, con el artículo sobre aquellos partidillos en la Costa da Morte, pero no sabía cómo incluirlo ahí (lo siento Red, he estado más de una semana de vacaciones... ;)
Donde El Niño es O Nene
El pasado 29 de junio, más de 50.000 personas vibraron en el Ernest Happel de Viena. Fernando Torres, corrió detrás de Lahm, lo superó y levantó el balón sobre Lehman para darle a España el titulo de Europa, 44 años después. Millones de personas saltaron de jubilo en todo el mundo. A más de 2.500 kilómetros, en un pequeño rincón del ayuntamiento de Boqueixón, una familia celebró por todo lo alto la consagración de su Fernandiño.
En Xiadas, en la parroquia de Gastrar, Claudio y María disfrutaron con el titulo conseguido por su "nieteciño". "Uno de los quince que tenemos", destaca el abuelo del nuevo ídolo de España. La fiesta fue comedida, pero el teléfono no dio tregua desde que el árbitro pitó el final del partido. "Aquí, a la casa, no vinieron muchos vecinos; pero llamar, debió de llamar toda la parroquia", recuerda Claudio, que lamenta que sus problemas de vista le impideran ver el famoso gol. "La verdad es que el fútbol, nunca me llevo la idea; pero claro, yo soy del equipo en el que juegue Fernando",dice.
Por supuesto, tambien del Atlético de Madrid, cuya camiseta con el número 9 a la espalda y el nombre de Torres guardan los abuelos. Un regalo del delantero del Liverpool, que, a pesar de la distancia, no perdió nunca el contacto con su familia. Pepe "el padre" del Niño, marchó a Fuenlabrada hace muchos años, y alli nació Fernando. La familia Torres no dejó de venir nunca a Galicia y a Gastrar, aunque las visitas del nieto más jovén se hacen cada vez más dificiles. "Antes venía y echaba ocho o quince días por aquí, ahora viene una o dos veces al año y echa sólo unas horas", aclara Maruja ante la atenta mirada de Claudio. "Siempre me viene a ver por navidad o por mi cumpleaños, que es dos días después."
En las últimas fiestas no faltó a su cita, a pesar de que la Premier no se detiene en diciembre. "Él va y viene y no se entera nadie, porque igual si lo saben ahora los chavales...", destaca Lucia, tía de Fernando. "Él no cambio nada. Cuando pasaba tiempo aquí, era un niño como todos; e incluso ahora, cuando esta aquí es uno más, pero desde que es tan famoso es normal que la gente se fije en él. Es más el cambio para los demás que para él, que está acostumbrado desde muy niño. Desde muy joven jugaba en el Atlético y ya está acostumbrado", destaca su tía. Su abuelo recuerda sus primeras patadas a un balón. "Fué allí, donde aquella maceira", señala. Comezo a jugar con su tío Bruno.Destacaba ya, claro, como cuando le dieron titulos en la selección sub 16 y sub 17, o cuando debutó con el Atlético siendo un niño. En Castrar -una parroquia de poco más de cien habitantes-, esperan a su veraneante más famoso.
A parte de su vinculación familiar, son muchos los detalles que unen a su padre y a Torres, con al tierra Gallega. Vuelven siempre que pueden. Desde niño pasa los veranos en Cee, en la playa del Estordo, donde muchos aún recuerdan las cualidades futbolísticas que desde pequeño demostraba. De hecho, muchos dicen que su potencia le viene de las muchas horas que pasaba jugando en los arenales de la Costa da Morte. Fue allí done conoció a su chica-Olalla-, natural de Santiago. Torres continúa colaborando con todo lo que le piden desde diferentes clubes de Galicia, a los que cede camisetas para que recauden dinero. Ahora, y 44 años después, un gol suyo desplazó el imaginario de la afición española a otro paisano, Marcelino, que le habia dado la primera Eurocopa a la selección en 1964. Tuvo que ser otro gallego, Torres, el que acabara con la maldición.
Entrevista realizada por.-Miguel Pardo. (Diario El Progreso)
Ya está colgado en esta entrada... y sin faltas de ortografía jejeje
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