Joyitas (cap.1) - Eduardo Torrico

Vamos a ir publicando las 'joyitas' que vayamos encontrando en el espacio de internet. Empezamos esta serie con uno de los periodistas con más mala uva de España, un periodista en decadencia llamado Eduardo Torrico (Eduardo 'Borrico' para algunos). Animamos a los usuarios del blog a que nos manden links similares para ir poniendo a cada uno en su sitio, y también os invitamos a comentar estas entradas. La de hoy es de órdago. Leamos lo que decía este 'elemento' nada más pasar de cuartos de final. Es lo que tiene ser independientes, que no le debemos nada a nadie.

'Bidone' Torres

Por Eduardo Torrico
Ahora que España, superando las previsiones más optimistas, se ha metido en las semifinales de la Eurocopa, lo fácil y cómodo sería remar a favor de corriente y cantar las excelencias de los chicos de Luis Aragonés (por cierto, ¿se acuerda alguien de un tal Raúl González?). Pero creo que en los momentos de euforia es cuando se debe hacer autocrítica y darnos cuenta de que todavía no hemos ganado nada y de que no todo el monte es orégano en esta selección.

Siempre se ha dicho que los grandes jugadores aparecen en las grandes citas. Pues bien, Fernando Torres ni está ni se le espera en esta Eurocopa, seguramente porque no es ningún gran jugador. Los italianos tienen una palabra muy gráfica para definir al jugador del que se espera mucho y apenas da nada: 'bidone'. De hecho, la RAI hace todas las temporadas una votación entre sus espectadores para conceder el 'Bidone d'oro', galardón que distingue al peor futbolista del curso (en las últimas ediciones ha arrasado en esta votación el brasileño Adriano). Los no muy habituados a la lengua de Dante lo han traducido como el 'Bidón de oro', lo cual no tiene ningún sentido, porque 'bidone', en la jerga familiar transalpina, significa 'estafa' y desde hace tiempo se utiliza allí referido al fútbol, de la misma manera que nosotros utilizamos palabras como 'tarugo' o 'tronco' para definir al jugador de nula aptitud.

Pues eso es Fernando Torres, un 'bidone', por muchos goles que marque en Inglaterra, donde los defensas suelen estar fabricados de mantequilla y donde cualquier delantero, por mediocre que sea, encuentra un sinfín de espacios libres para maniobrar (tampoco pienso que haya sido casualidad de Cristiano Ronaldo se hinche a meter goles en la Premier y en la Eurocopa haya pasado como un alma en pena). 'Bidone' Torres es un invento mediático, convenientemente alimentado por esa legión de periodistas afines al Atlético de Madrid que manejan los principales medios de comunicación deportivos no sólo de la capital, sino también nacionales (¿hace falta que dé nombres?).

En la más larga sequía de juego y resultados que se recuerda en el club del Manzanares, los rojiblancos necesitaban un clavo ardiendo al que agarrarse, y ése fue Torres, un jugador con una magnífica condición física, pero sin la más mínima condición técnica. Prueba de su mediocridad es que en los siete años que lleva instalado en la elite no ha mejorado ni un ápice su juego: es incapaz de terminar un regate, no sabe hacer un buen control, le pega siempre a la pelota mordida, se desmarca a destiempo y las únicas paredes que le salen bien son las que hace con los carteles de la publicidad estática situados en la banda. Si ya me pareció una barbaridad que el Liverpool pagara 36 millones de euros por él (aprovecho para recordar que ésta ha sido la peor campaña del Liverpool en los últimos tiempos), que el Chelsea, según se rumorea, esté dispuesto ahora a pagar 60 millones de euros me parece una auténtica locura. Pero es evidente que el fútbol está lleno de locos. O de ciegos. O de imbéciles. O de las tres cosas a la vez.