
El pasado sábado tuve el placer, por primera vez en muchíiiiisimo tiempo, de leer en el Marca una entrevista que yo, francamente, y visto los últimos acontecimientos acaecidos tras el doble enfrentamiento Atleti-Liverpool, demandaba con cierta ansiedad. El entrevistado no era otro que Don Fernando Torres, y dicho tema ocupaba toda la portada central del panfletillo en cuestión.
Por Tomás Rodríguez en La Vida en Rojiblanco
Como siempre, dijo muchas cosas interesantes Fernando (para el que las quiera entender, obviamente). Os resumo algunos puntos:
-Le preguntan sobre la famosa jugada del penalti sobre Gerrard. Contesta que no sabe si fue penalti o no, pero que el caso es que favoreció a su equipo. Es decir, si sabemos leer, reconoce abiertamente que no fue penalti.
-También le comentan sobre los famosos gestos que realizó cuando Steve transformó la pena máxima. Él dijo que lo que no entendía es por qué siempre se le sacaba punta a todo, y que siendo jugador como es del Liverpool, lo lógico es que se alegrase del empate conseguido. Sinceramente, este asunto me parece tan de cajón, que no sé ni por qué siquiera me molesto en comentároslo. Y, es más, ya os anticipo que, según vaya pasando el tiempo, más irá sintiendo con más pasión los colores de los reds. El cariño que allí le profesa la gente es sencillamente bestial. Cualquiera de los que conviviera con los ingleses tanto allí como aquí lo puede testificar. Su foto preside por todo lo alto Anfield. Tiene una canción (un cántico de verdad, no un "lololololo" de los nuestros) que se la saben hasta los recién nacidos allí de memoria. Y eso marca, colegas. Deja huella.
-Le preguntan también sobre si le gustaría volver al Atleti. En un principio se muestra un poco reticente al tema, pero según va comentando la misma, su corazón le va delatando, para terminar reconociendo que sí que le gustaría volver porque considera que todavía le han quedado por hacer bastantes cosas aquí, con nosotros. Es decir, si sabemos leer, quiere volver al Atleti. Y no con 40 años, precisamente.
-Cómo no, le preguntan por el dichoso Real Madrid, cuestión siempre de obligado cumplimiento para cualquier jugador que ose destacar en nuestras filas, la originalidad por bandera, vamos: el chaval contesta que si le quiere el Madrid, es muy probable que le quieran también otros 4 ó 5 equipos más en el mundo, y que siempre elegiría a cualesquiera de ellos antes que a nuestros queridos vecinos. Si sabemos leer, la cosa es evidente: "Jamás jugará en el dichoso Real Madrid".
-A título de curiosidad, le preguntan por su relación con Cerezo y con Miguel Ángel Gil. Del primero dice que es estrictamente profesional, y del segundo comenta que tiene una relación de amistad y que habla con él con cierta frecuencia.
Vamos, si sabemos leer, que a nuestro ínclito presidente no le puede ni ver, está claro.
-Último punto y os dejo ya de dar el coñazo. Para mí, el más importante de todos, porque reconoce lo que yo siempre he defendido a capa y espada en esos blogs de Dios que tengo el placer de comentar y en el mío propio. Algo que en su día me confirmó una persona de dentro del vestuario Atlético con el que compartía horas de gimnasio en el estadio del Atleti (cuando el mismo existía, obviamente, y hasta aquí puedo leer). Afirma el periodista que su traspaso fue en realidad el deseo propio del Club en venderle más que el de él mismo en largarse del Atleti, y, por primera vez desde que se fue, reconoció que así fue, con un "Sí", sin tapujo alguno, indicando a continuación que "son cosas del fútbol", y que a pesar de todo "notaba el cariño que todavía le profesaba (le profesamos) buena parte de la gente".
Es decir, le quisieron vender, él no se quiso ir. Lo de la rueda de prensa de aquel tristísimo día en el Vicente Calderón con el Sr. Cerezo dándole una camiseta de agradecimiento fue todo un paripé, una auténtica farsa. Por eso él la cogió de mala gana. Quizás se le pueda reprochar el haber accedido a realizar dicha tragicomedia, pero quería tanto al Atleti, que no quiso que su marcha causase ningún trastorno más del que ya suponía, y accedió a comerse el marrón de reconocer que se iba porque él quería.
El asunto, pues, queda definitivamente puesto al descubierto. Claro que, para entenderlo, hay que saber leer, porque sabemos todos hacerlo ¿Verdad?
Por Tomás Rodríguez en La Vida en Rojiblanco
Como siempre, dijo muchas cosas interesantes Fernando (para el que las quiera entender, obviamente). Os resumo algunos puntos:
-Le preguntan sobre la famosa jugada del penalti sobre Gerrard. Contesta que no sabe si fue penalti o no, pero que el caso es que favoreció a su equipo. Es decir, si sabemos leer, reconoce abiertamente que no fue penalti.
-También le comentan sobre los famosos gestos que realizó cuando Steve transformó la pena máxima. Él dijo que lo que no entendía es por qué siempre se le sacaba punta a todo, y que siendo jugador como es del Liverpool, lo lógico es que se alegrase del empate conseguido. Sinceramente, este asunto me parece tan de cajón, que no sé ni por qué siquiera me molesto en comentároslo. Y, es más, ya os anticipo que, según vaya pasando el tiempo, más irá sintiendo con más pasión los colores de los reds. El cariño que allí le profesa la gente es sencillamente bestial. Cualquiera de los que conviviera con los ingleses tanto allí como aquí lo puede testificar. Su foto preside por todo lo alto Anfield. Tiene una canción (un cántico de verdad, no un "lololololo" de los nuestros) que se la saben hasta los recién nacidos allí de memoria. Y eso marca, colegas. Deja huella.
-Le preguntan también sobre si le gustaría volver al Atleti. En un principio se muestra un poco reticente al tema, pero según va comentando la misma, su corazón le va delatando, para terminar reconociendo que sí que le gustaría volver porque considera que todavía le han quedado por hacer bastantes cosas aquí, con nosotros. Es decir, si sabemos leer, quiere volver al Atleti. Y no con 40 años, precisamente.
-Cómo no, le preguntan por el dichoso Real Madrid, cuestión siempre de obligado cumplimiento para cualquier jugador que ose destacar en nuestras filas, la originalidad por bandera, vamos: el chaval contesta que si le quiere el Madrid, es muy probable que le quieran también otros 4 ó 5 equipos más en el mundo, y que siempre elegiría a cualesquiera de ellos antes que a nuestros queridos vecinos. Si sabemos leer, la cosa es evidente: "Jamás jugará en el dichoso Real Madrid".
-A título de curiosidad, le preguntan por su relación con Cerezo y con Miguel Ángel Gil. Del primero dice que es estrictamente profesional, y del segundo comenta que tiene una relación de amistad y que habla con él con cierta frecuencia.
Vamos, si sabemos leer, que a nuestro ínclito presidente no le puede ni ver, está claro.
-Último punto y os dejo ya de dar el coñazo. Para mí, el más importante de todos, porque reconoce lo que yo siempre he defendido a capa y espada en esos blogs de Dios que tengo el placer de comentar y en el mío propio. Algo que en su día me confirmó una persona de dentro del vestuario Atlético con el que compartía horas de gimnasio en el estadio del Atleti (cuando el mismo existía, obviamente, y hasta aquí puedo leer). Afirma el periodista que su traspaso fue en realidad el deseo propio del Club en venderle más que el de él mismo en largarse del Atleti, y, por primera vez desde que se fue, reconoció que así fue, con un "Sí", sin tapujo alguno, indicando a continuación que "son cosas del fútbol", y que a pesar de todo "notaba el cariño que todavía le profesaba (le profesamos) buena parte de la gente".
Es decir, le quisieron vender, él no se quiso ir. Lo de la rueda de prensa de aquel tristísimo día en el Vicente Calderón con el Sr. Cerezo dándole una camiseta de agradecimiento fue todo un paripé, una auténtica farsa. Por eso él la cogió de mala gana. Quizás se le pueda reprochar el haber accedido a realizar dicha tragicomedia, pero quería tanto al Atleti, que no quiso que su marcha causase ningún trastorno más del que ya suponía, y accedió a comerse el marrón de reconocer que se iba porque él quería.
El asunto, pues, queda definitivamente puesto al descubierto. Claro que, para entenderlo, hay que saber leer, porque sabemos todos hacerlo ¿Verdad?
1 comentario:
¿Así que éste es el famoso autor de las Crónicas del Tomi? Solía leer todas sus crónicas; en su web guarda artículos desde el año del Doblete... No sé por qué, tenía miedo a que fuera uno de los que peor se hubiera tomado la salida de Torres, y me daba un poco de temor entrar por allí, y encontrarme con una ristra de insultos y acusaciones.
Es la primera vez que Torres ha dejado entender que el club le dio algún empujón para salir. Sin embargo, noto que la mayoría de los atléticos se han fijado más en lo de "siempre guardaré un cariño especial a la familia Gil", o "fuera o no injusto, el penalti fue bueno para nosotros" que en esa respuesta. Resulta extraña la poca trascendencia que ha tenido este artículo; nadie lo comenta... ni siquiera en Señales de Humo, donde cuelgan todo lo que tenga que ver con el Niño (por lo menos, es lo que hacían hasta la dichosa tarde del partido en Anfield). Y eso que lo que deja entender el bueno del Tami... No entiendo una de los comentarios de la Vida en Rojo y Blanco: viene a decir que poco importa lo que le suceda a los jugadores, porque lo único que permanece es el escudo, y de los individuos no queda ni el nombre. O sea: Tomi deja entender, ni más ni menos, que un hombre del vestuario del Atlético le confirmó que el club presionó sobre Torres, con todo lo que significaba, para venderlo, ¿y resulta que no importa?
No me extrañaría nada que, de ser ciertos los rumores que ahora rondan por los mentideros colchoneros, nadie alce la voz cuando conviertan al Kun y a Simao en millones.
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