La verdad sobre el caso Riera

Al hilo de los muchos comentarios que se siguen leyendo acerca del caso Riera y en los que se exponen opiniones basadas únicamente en las declaraciones que el jugador hizo en Radio Marca, queremos ofrecer un análisis de los hechos que ofrezca una visión más completa de lo que realmente sucedió. Aunque sabemos que corremos el riesgo de ser atizados una vez más por desviarnos del objeto principal del blog (seguir la actualidad de Fernando Torres) y hacer la enésima defensa del club, consideramos que el asunto tiene la suficiente importancia como para que alguien se salga de la línea oficial de los grandes medios y cuente de forma pública la otra versión.

Por Juan LFC. En el caso de Riera se han juntado dos de los factores más turbios que el fútbol puede ofrecer: el egoísmo de los futbolistas y la mala intención de los periodistas. Vamos por partes.

Albert Riera ha tenido un año complicado en Liverpool. En el mes de noviembre se lesionó y desde entonces parece que no termina de recuperar la forma. O mejor dicho, parecía que no terminaba de recuperar la forma porque ahora ya no sabemos si está o no para jugar ya que, por suerte, no cuenta para nada en Anfield. El caso es que el bajo rendimiento que podía ofrecer le fue relegando al banquillo y viendo que el tiempo pasaba y que el Mundial se le iba, estalló.

Y lo hizo de la peor manera: rajando contra el entrenador y contra el equipo justo antes de un partido importante en lo que fue una falta de respeto a los compañeros que estaban jugando y al club. Por cierto, Benayoun, que se lesionó en el mismo partido, después de mucho trabajar ha vuelto a entrar en el once y ha acabado jugando con la misma brillantez que lo hizo a principios de año.


El caso es que sus reivindicaciones eran claras y la principal de todas ellas, que Benítez no le hablaba, daba lugar a cierta controversia. Porque, ¿quién no hablaba a quién? Por lo que algunos tenemos entendido, fue el propio futbolista el que decidió partir peras con el técnico algunos días antes de su desafortunada intervención. Es curioso que en la entrevista que le hace José Ramón de la Morena, cuando se le pregunta si él ha ido a pedirle explicaciones al entrenador, contesta que no. Entonces, volvemos a lo de antes, ¿quién no habla a quién?

Si esto ya tiene guasa, lo de que el equipo juega mal viene ser la constatación de que a la mayoría de los futbolistas sólo les interesa lo suyo. La preocupación de Riera es jugar el Mundial. Su club, el que le paga, le tiene sin cuidado. Y no digamos los hinchas, los que le aplauden (o le aplaudían) cada quince días en Anfield. Basta echar un vistazo a la carrera de Riera para ver que el compromiso no es uno de sus puntos fuertes. Mallorca, Girondins de Burdeos, Manchester City, Espanyol, Liverpool… Sí lo es, por el contrario, firmar un nuevo contrato por una cantidad de dinero cada vez mayor. ¿Nos lo inventamos? No. Lo dijo Karpin, aunque ahora Riera quiera negar lo innegable.

Y al hilo de esto, el comportamiento egoísta de Riera se concretó por aquellos días en un grave incidente con uno de sus compañeros, al cual agredió de manera salvaje porque se había negado a bailarle el agua, incidente que menciona hoy en AS Rafa Benítez sin desvelar que sucedió. De los tres puntos aquí expuestos en relación con este tipo, este es sin duda el más lamentable de todos. Imperdonable. Se podrá discutir quién tiene más o menos razón. Pero esto no se discute y como ya dijimos en su día, no queremos ver a Riera ni en pintura.

Pasando ya al punto que concierne a los periodistas, hay que decir que no es casual que Riera intervenga en Radio Marca en el programa de Paco García Caridad. Desconocemos qué es lo que le ha hecho Benítez a este tipo (imaginamos que no concederle alguna entrevista por las razones que fueran), pero lo que sí conocemos es la inquina que se gasta el susodicho hacia el entrenador (otro de tantos). Así que abre los micrófonos de su emisora con toda la intención.

Y la culminación del mal ejercicio periodístico en torno a este suceso, es José Ramón de la Morena diciendo que Benítez está gordo porque no baja a dirigir los entrenamientos y se queda en su despacho. Yo no sé qué sabe De La Morena de la actividad en Mellwood pero basta echar un vistazo a las fotos que periódicamente se publican de las sesiones preparatorias del Liverpool para saber que, si hay uno que no falta a ellas, ese es Rafa Benítez.


En definitiva, que esto es lo que hay. Un jugador egoísta y un periodismo tendencioso. Todo en uno que acaba generando de manera sorprendente una opinión pública distorsionada de la realidad del Liverpool.

Albert "Ryanera" tomando uno de sus últimos vuelos desde el Aeropuerto John Lennon de Liverpool con destino a España el pasado 3 de mayo. FOTO: Stubbins.