Contra el futbol moderno.

Amplio seguimiento en The Kop de las protestas programadas contra los propietarios del Liverpool FC, Tom Hicks y George Gillett. Los supporters permanecieron en sus localidades al finalizar el encuentro frente al Sunderland y entonaron cánticos y exhibieron pancartas contra la gestión directiva.

Por Stubbins. El verdadero corazón del Liverpool FC. La verdadera fuerza y vida del club, sus aficionados, estallaron de rabia el pasado sábado en una reivindicativa jornada tanto dentro como fuera del estadio de Anfield y tanto antes, durante, como después del choque.

Eran muchos los modos de protesta establecidos por las diversas organizaciones de supporters, encabezadas por Spirit of Shankly. Desde diversos foros se animaba a los aficionados a acudir al estadio con vestimentas de color negro, exhibición de pancartas, además de la composición y entonación de cánticos contra Tom Hicks y George Gillett.

Como primer acto, la organización Spirit of Shankly convocaba a todos sus asociados a una asamblea extraordinaria en el centro de la ciudad, de la cual, trataremos de daros más detalles en los próximos dias. En este artículo, nos centraremos en los acontecimientos acontecidos ya en Anfield.



En las horas previas del choque entre Reds y Black Cats, ya se podía apreciar que la convocatoria tendría un considerable éxito. Muchos eran los supporters que acudían a Anfield ataviados con camisetas de color negro y se concentraban en la estatua de Bill Shankly que preside el estadio a las puertas de The Kop. Las primeras pancartas y los primeros cánticos se dejaban escuchar en esos momentos. "Yanks Out Now!!" (Yankees fuera ahora!!), "You Liying B******s, Get Out of Our Club" (Mentirosos b*******s, fuera de nuestro club) o el más coreado "They don't care about football. They don't care about fans. Liverpool Football Club is in the wrong hands" (No les importa el futbol. No les importan los fans. El Liverpool Football Club, está en las manos equivocadas).

Una vez en el interior del estadio, los cánticos de protesta fueron mínimos para centrarse en los habituales cánticos de apoyo a los jugadores. Mucha ha sido la polémica entre los supporters, sobre la idoniedad de hacer manifiestas las protestas mientras el balón esté en juego. Finalmente, se impuso mayoritariamente la opción de no hacer expresas quejas durante los noventa minutos de juego, aunque algunos tímidos intentos se dejaron oir, sin obtener el seguimiento mayoritario de la grada más mítica del futbol mundial.



Pero la tregua se rompió una vez el colegiado señaló el final del partido. Fue en ese momento y mientras muchos abandonaban ya sus localidades, cuando las pancartas y cánticos reivindicativos cobraron toda su fuerza en The Kop. Fueron prácticamente una media hora el tiempo donde se sucedieron las protestas auditivas y visuales en una cívica pero enérgica reivindicación. La seriedad y enojo de los rostros de los Kopites que muestran las imágenes, hablan por sí solas. Entre los muchos mensajes, uno de bien claro. A los aficionados poco a poco nos van robando el futbol convirtiéndolo en algo puramente mercantilista y sin valores educativos ni culturales. Muchos de nosotros estamos contra el futbol moderno. Es el claro sentir de The Kop.