“Yo soy atlético y nunca quiero perder, ni que el equipo pierda,
aunque beneficie a los demás. El problema que tenemos nosotros es que, a todos
los niveles, estamos más pendientes de lo que hacen los demás que de nosotros y
así nunca vamos a ser grandes. Hay que pensar en nosotros, como hacíamos
antiguamente, y las cosas irán mejor” (en declaraciones a Onda Madrid)
Cuentan
que ese partido fue el punto de inflexión. Aquel fue el día en que
Fernando Torres decidió que no podía pelear en solitario para devolver la
grandeza a un equipo que la había perdido muchos años antes. ¿Cómo devolver la
grandeza a un equipo si sus aficionados son “pequeños”, si sus jugadores
no saben jugar al fútbol, si la gestión del club está en manos de
veterinarios y productores de cine?
Unos
dicen que Fernando se fue, huyó. Otros que a Fernando le
echaron. Le echamos. Para dos, solo fue la consecución de otra estrategia bien
definida.
Y pasan los años. Y Torres, siendo jugador del
Liverpool, paseó la bandera del Atleti cuando España ganó la Eurocopa. Y dos
años después hizo lo mismo tras ganar el Mundial. Y ayer mismo, en la
presentación de su biografía, no se le ocurrió otra cosa que decir que el 95%
de la afición rojiblanca le tiene cariño y que ha tenido problemas por declarar
su amor rojiblanco.
Y aquí es donde, ironías de la vida, el 5% colchonero
que no simpatiza y el 100% del madridismo se pone de acuerdo. Torres es
un jugador sobrevalorado, mercenario, populista, cáncer de la selección, y
cobarde por no señalar con el dedo acusador a los gestores actuales atléticos.
Por partes.
Para
la prensa panmadridista y las hordas de aficionados de sofá.
Supongo que no le perdonan que el gol de la Eurocopa fuese casualidad. Todos lo
sabemos. Porque es casualidad tener fe en un balón lejano, es casualidad
anticiparse a un defensa y es casualidad tener el talento necesario para
picársela a un portero.
Supongo también que está sobrevalorado, porque el
Liverpool le convirtió en el jugador más caro de su historia y el Chelsea hizo
lo mismo siendo el traspaso más caro del futbol inglés hasta la fecha. Y todos
tenemos claro que en Inglaterra no saben de fútbol y sí mucho de Bridge.
En
cuanto a los atléticos del 5%. Entiendo que le echen en cara
que no acuse a la directiva de sus tropelías, ya que es bien sabido que su
afición está harta de gritarlo en cada partido, los iconos atléticos actuales
como Kiko, Simeone o Pantic, u otros de gran peso histórico como Luis Aragonés
o Gárate, ya lo han denunciado claramente, mientras la prensa de la caja de herramientas
y el estadio 3D recuerdan la sentencia condenatoria cada semana.
Ironías
aparte. No vamos tan sobrados de identidad como para rechazar el orgullo
rojiblanco. No exijamos a los demás lo que no nos exigimos a nosotros mismos. No matemos más ídolos, que ya no nos quedan.
José Valera
3 comentarios:
Pedazo artículo! me gusta mucho! discrepo con lo del 100% madridista, porque no todos son iguales y se de muchos que admiran a Torres.
Felicitar al autor por este artículo. Comparto en gran parte su opinión.
Gran artículo, sé de muchos que deberían leerlo...
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