La travesura del niño en el Camp Nou

Desde el gol de Fernando Torres al Barça hemos podido leer multitud de artículos de apoyo a "el Niño". El propio Javier Matallanas firma un buen articulo, "El gol que necesitaba Fernando", en el que podemos leer grandes frases y sobre todo, grandes verdades.

Pasaban los minutos y Di Matteo no sacaba a Fernando Torres en una plaza que nunca ha perdido el respeto al delantero madrileño (...) y ayer los culés vieron como un gol del querubín de Fuenlabrada finiquitaba el ciclo triunfal del Barça de Guardiola, Messi, Iniesta, Xavi, Puyol, Busquets y compañía. Una lástima que la edad dorada del Barça termine con un catenaccio irritante para la vista que obligó a Drogba a jugar de lateral. 

De lateral (Fernando) iba a rendir menos que Drogba (uno de los cinco mejores delanteros del mundo, junto a Fernando, ¿por qué en el Chelsea sólo juega uno?). Abramovich le fichó para ganar la Champions. Ya está en la final. Y estará en la Eurocopa 2012.

Pero no es el único articulo destacable, nosotros, nos quedamos con este;

El destino le guardaba algo a Fernando Torres en el Camp Nou. El 'Niño', que no jugó ni un minuto en Stamford Bridge en el partido de ida, apareció en la escena del Barcelona-Chelsea en el minuto 80 y acabó sepultando al campeón firmando el 2-2 que le dejó sin Múnich y sin final.

Se retiró del partido Drogba, un futbolista monstruoso que no tiene fin, y su recambio fue Torres, al que recurrió Di Matteo para colocarle de lateral izquierdo, algo que no se había imaginado en la vida el de Fuenlabrada. Fernando estuvo perdido guardando un sitio que no le correspondía, pero no rechistó. Sus arrancadas nacieron en su área. Llegar a territorio enemigo parecía una quimera, pero lo consiguió en el descuento con el Barcelona clamando al cielo.

Bosingwa despejó la pelota desde su campo y en el otro lado estaba Torres, solo ante el mundo. Allí, controló y comenzó su carrera para vengarse de lo que le estaba pasando. Sólo le esperaba Valdés mientras diez azulgranas veían el 9 del delantero del Chelsea. Ése, sí era Torres. Se plantó dentro del área, recortó a Valdés, vieja víctima, y marcó a puerta vacía para confirmar la sentencia de muerte del Barcelona.

Torres celebró el gol vestido de blanco y arrodillándose en el Camp Nou, estadio al que le tiene un cariño especial. Lo conquistó de rojiblanco y este martes lo hizo con la camiseta del Chelsea. De allí se marchó feliz después de pasarlo muy mal. Fue la sonrisa de un niño, de las que nunca mienten.