MAL ESTADO DEL TERRENO DE JUEGO DE IPURÚA. TORRES NO JUGÓ
El Atlético de Madrid, equipo curtido en mil batallas, se sintió como en casa en un estadio Ipurúa anegado por el barro y superó de manera sorprendentemente sencilla al Eibar en su propio feudo. Experto en el otro fútbol, ese en el que cada detalle cuenta, el Atlético dio una lección magistral de lo que es competir con los elementos en contra. Fue Griezmann el que puso luz una vez más en la oscuridad y con un gol y una asistencias ajustició a su rival en tan sólo quince minutos.
No era éste un partido para el fútbol de salón. No había lugar para florituras y sí para el fútbol fácil, ese en el que es imperativo disponer de mucho empuje y pocos escrúpulos. Y de eso este Atlético sabe mucho. Nunca hubo espacio para la triangulación, sólo para el pelotazo. Ambos contendientes lo entendieron, pero demostró manejarse mejor el Atlético, que atizó siempre que pudo en una primera parte perfecta.
Cuando más necesitaba el gol el equipo de Simeone, éste apareció con una efectividad total. Tanta, que los tres primeros disparos del Atlético se convirtieron en gol para sentenciar el partido en el primer tiempo. Comenzó Griezmann su recital con un chut seco y certero con la zurda en un contragolpe. Raúl García habilitó al francés en el segundo palo, que volvió a demostrar su destreza en cualquier circunstancia.
Se hizo el harakiri la defensa del Eibar, poco contundente durante toda la primera parte a la hora de despejar los balones divididos de su área. No parecía el equipo que había asustado a cualquier visitante con una entrega indiscutible. Los de Garitano mostraron indolencia en demasiadas ocasiones y ahí Griezmann y Mandzukic no perdonaron.
Primero fue Lillo el que despejó mal por culpa de un empujón de un compañero a Raúl García y el rebote lo recogió Griezmann, que puso el centro en el punto de penalti para que el croata empujase el balón al fondo de las mallas. No habían pasado ni cinco minutos cuando Raúl Navas y Abraham se liaron en un despeje y el más listo fue Mandzukic. El delantero colchonero recogió el rechace y chutó desde dentro del área para lograr su segundo tanto en el encuentro.
No existía el fútbol, pero el Atlético ya goleaba ante la impotencia del Eibar, que sufría con cada llegada colchonera. No lo hacían los de Simeone, cuya determinación defensiva fue mucho mayor para rechazar los balones largos que pelearon sin tino Piovaccari y Arruabarrena.
Agitó el árbol Garitano en el descanso con un triple cambio, pero ni por esas logró hacer daño a un Atlético más consistente que nunca, en unas condiciones a las que se adaptó a la perfección. Manu del Moral, que terminó en el hospital por un choque con Giménez, Arruabarrena y Errasti dejaron su sitio a Capa, Lekic y Javi Lara. Peleó siempre el Eibar aunque nunca con el acierto necesario hasta que Piovaccari acertó a rematar un centro de Saúl Berjón cuando el partido expiraba.
Ficha del partido:
Eibar: Irureta; Abraham, Añibarro, Navas, Lillo; Borja, Errasti (Javi Lara 46’), Arruabarrena (Lekic 46’); Manu del Moral (Capa 46’), Saúl Berjón y Piovaccari.
Atlético de Madrid: Moyà; Gámez, Siqueira, Giménez, Godín; Tiago, Koke (Cani 67’), Saúl, Raúl García (Mario Suárez 55’); Griezmann (Raúl Jiménez 69’) y Mandzukic.
Tarjetas amarillas: Griezmann 17’, Saúl Ñíguez 63’, Abraham 65’,
Goles:
0-1 (07’) Griezmann remata con la derecha cruzado tras pase de Raúl García.
0-2 (22’) Mandzukic recibe un centro de Griezmann en el área y ajusticia con la derecha.
0-3 (25’) Mandzukic atrapa un mal despeje y define con la derecha pegado al palo.
1-3 (89’) Piovaccari anota desde el corazón del área tras una gran jugada de Sául Berjón.
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