TERMINAN TERCEROS PESE A UN MAL PARTIDO ANTE EL GRANADA
Volvieron a casa con los nervios fundidos y una sonrisa de oreja a oreja. Granada y Atlético de Madrid jugaron su partido lejos de Los Cármenes. El empate les valía según qué cábalas. Entregaron su suerte a las noticias de la radio. Al final abandonaron el campo con un gustoso apretón de manos. Misión cumplida.
Qué exceso de sangre fría. El Granada ha coqueteado con el descenso hasta el último suspiro. Casi estaba obligado a hacer un pleno de victorias en las últimas cuatro jornadas. Hasta se ha permitido regalar dos puntos en la última. Su permanencia tiene dos claves: el trabajo de Sandoval y la pasión incontenible de su afición. La hinchada lo recibió como si de ello dependiera auparlo de verdad hasta las mismísimas puertas del cielo. Y lo tocó.
El Atlético mantuvo un perfil reposado toda la tarde. Un punto le daba el botín de la tercera plaza, laChampions League por la vía directa. Sólo Griezmann y Koke amenazaron la tregua con sendos disparos furtivos, uno por periodo. El peso real del encuentro lo llevó la grada, que coreó los goles del Valencia o pitó los del Almería y el Deportivo.
Los jugadores enfriaron todo lo posible los últimos minutos. Acudieron al banquillo para pedir agua y la confirmación de primera mano de que todo seguía como debía. Las defensas se repartieron la posesión dejando morir el duelo de forma amistosa.
El júbilo local se desató nada más pitar el árbitro con la pertinente invasión de campo. Puede que lo del Granada no sea un milagro, pero debe parecerse mucho a uno de ellos.
Marca.com
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