El otro día me encontré con la chica que me gustaba a los 16 años. Hacía siglos que no la veía y me costó reconocer en aquella mujer anodina a la persona por la que hice las cosas más vergonzosas y ruines de mi vida. Y eso son palabras mayores. El tiempo, pensé, y corrí a casa para sacar fotos polvorientas de una caja. Y allí estaba, exactamente igual pero con 20 años menos. Mi diva adolescente era una pija random. Inmediatamente quemé las fotos. No iba a dejar que la verdad estropease los recuerdos.
Por respeto a su intimidad, a aquella chica la llamaremos Fernando. Fernando Torres.
Lejos del Calderón (y de Anfield) no se ha valorado la magnitud de Torres. Su decisión de avanzar por carreteras secundarias (rechazando al Madrid en España y eligiendo al club más legendario de Inglaterra en vez de a los más ricos), le granjeó el ejército más fiel del mundo, pero uno sorprendentemente escaso para su nivel. Y así llevamos 15 años en una discusión en la que nadie cede.
Los torristas no aflojan ni cuando lleva tres meses persiguiendo el gol 100. Los haters le desprecian pese a lo indiscutible de su currículum: del gol de Viena al Balón de Bronce 2008. A Torres se le discute con un ensañamiento impropio, pero ya es rutina. Sin embargo, la semana pasada parte del Calderón le silbó tras un fallo ante el Reus. Eso duele.
Que le infravaloren fuera es ley de vida: les faltan datos. No entienden la magnitud del mito, ni sienten el vínculo más allá del gol. Torres no es uno de los nuestros: Torres es cada uno de nosotros. El sueño vive en él como para el madridista en Raúl o el culé en Puyol. Son asuntos privados. La familia y el amor no se explican.
Lo grave es dudar desde dentro. Es obvio que el reencuentro ha decepcionado: se esperaba pasión y sólo ha habido caricias. Pero esta película siempre fue un western crepuscular, no una comedia romántica. Y ha tenido sus momentos: el doblete al Madrid, el gol al Villarreal que solucionó la Champions... Destellos en el ocaso.
Es el tercer nueve de la plantilla y, sí, está en una de esas crisis de fe que le han perseguido toda su carrera. La inteligencia no siempre es una virtud para el deportista, que a menudo necesita actuar sin pensar y él es incapaz. Pero pasará, como tantas veces antes, y si no, Torres será el primero en despedirse. Sin quejas ni rencor.
Mientras, puede quedarse en el Atleti tanto como quiera: es su casa y es mejor con él dentro. Sólo quien está de visita no puede entenderlo. Pregunten a Simeone lo que vale un símbolo...
Para mí, ella siempre será guapa y él, una estrella. Aunque sepa que es falso. La verdad es una grosería cuando hablamos de sentimientos.
elmundo.es (Iñako Díaz-Guerra)
4 comentarios:
Sentimientos, una palabra que muchos desconocen.
Y he de decir que aunque alguno que otro le ha silbado, cierto. Por suerte no es una mayoría y aún se oye como le cantan y ovacionan incluso cuando falla. Lo dicho, sentimientos algo que muchos desconocen.
Para mí es un orgullo ser Torrista y lo seguirá siendo, coincido con el artículo, sólo el que está de visita y no conoce su trayectoria puede criticar este momento, su gol 100 vendrá pronto, quienes le hemos seguido lo sabemos y estaremos allí para celebrarlo en la distancia.
Karlissmeg
Fernando Torres tiene algo que muchos otros futbolistas no tienen, que es querer a unos colores, sobretodo los del Atlético de Madrid el club de sus amores, como del LFC, "su" club adoptivo. Es de agradecer que en estos tiempos aun queden jugadores que quieran su camiseta, como Maldini, Puyol, Totti, Gerrard, Carragher.
Torres tuvo 3 años muy buenos a nivel fútbolístico, que fueron en el LFC, donde se convirtió en un futbolista reconocido en todo el mundo. Dicho esto desde entonces su bajón ha sido incuestionable, a partir del 2010 y hasta ahora no ha hecho absolutamente nada dentro del terreno de juego, casi no ha marcado ningún gol. Y lo peor de todo es que solo tiene 31 años y desde el 2010 que no hace nada. Su gran momento futbolístico fueron 3 años, después de esto la nada.
Y visto que ya lleva 6 años (2010,2011,2012,2013,2014,2015) seguidos de bajo o muy bajo rendimiento sobre el terreno de juego, sin marcar apenas ningún gol, sin ser decisivo, siendo suplente en muchas ocasiones... esto va a continuar siendo así, hasta que se retire. Su momento ya pasó.
Pero por lo menos durante algunos años tuvo su gran momento de forma, y eso siempre estará ahí.
Eso que desde que 2010 no ha hecho nada es relativo. Con el Chelsea fue decisivo en la Europa League, además de dar mucha de las asistencias en los goles. Se convirtió en un jugador diferente. Lo demostró especialmente en la última euro, cuando pudiendi marcar el se lo dio a Mata. Esto es lo que valore cada uno. No cuestionó su bajada de nivel (cosa que pasa con muchos jugadores cin los aňos) pero a los Torristas nos ha dado muy buenos momentos. Está claro que quién valore a un jugador que no deja de meter Torres no significará nada. Pero es que Fernando para muchos es más que eso y se le valora por otras cosas que muchos jamás entenderán.
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